¿Alguna vez has querido escribir un librojuego?
Yo lo he querido hacer desde descubrí la serie de libros de Elige tu propia aventura.
Era entonces un niño. Me encantaban. Fueron quizá los títulos que más contribuyeron a convertirme en un verdadero lector en el futuro.
Casi al instante, quise escribirlos. Y lo hice. Con apenas once años, completé mi primer librojuego, El laberinto. Era el primero y contenía multitud de fallos de todo tipo, pero aprendí a cerrar todos los finales, crear y usar un árbol de decisión y muchas otras cosas. Hablo sobre este primer librojuego en esta entrada.

A continuación, también con once o doce años, comencé a escribir otro nuevo librojuego. Era de ciencia ficción espacial. En este caso me embriagué con las posibilidades de ramificar y abrir más y más historias, hasta que se volvió un auténtico diplodocus inmanejable. Quedó inconcluso, pero aprendí muchísimo y entendí que escribir librojuegos requiere también de planificación y autocontención.
Mi primer librojuego publicado con editorial fue ¡Supercoche!. Tardé ocho meses en escribirlo. Con él aprendí a escribir para editorial, a ceñirme a pautas y, también, me llevé algunas lecciones sobre puntos a mejorar, principalmente en cuestión de diseñar estructuras más interesantes.
Siguió Bacterrobot, que tardé también meses, aunque era sustancialmente más largo e incluía un punto adicional de complejidad. Apliqué todo lo que había aprendido y, también, tuve que explorar un nuevo perfil de público y adentrarme en el mundo adolescente y adulto.
Sin embargo, el último librojuego que he escrito hasta la fecha, Aharata karate, lo escribí en doce días.

Y no penséis que acaso Aharata karate está falto de calidad. Todo lo contrario. Estoy recibiendo críticas muy positivas y, también, algo sorprendente: aunque es un libro orientado a infantil-juvenil, ¡también se están enganchado los adultos a su lectura!
¿Qué sucedió entonces? ¿Cómo puede ser que escriba en dos semanas lo que antes podía llevarme ocho meses?
La respuesta es que apliqué un método.
Un método por pasos muy efectivo, que permite mantener las ideas muy claras sobre el librojuego y redactar mejor, sin perder el hilo, manteniendo ese estado de encontrarse sumergido en la ficción que facilita que la prosa fluya y, sobre todo, conociendo bien en qué punto me encuentro de la escritura y qué es lo siguiente que toca hacer.
Este método no es magia. Es una guía detallada en diez pasos fácil de aplicar (y de adaptar, que cada escritor usa sin duda sus condimentos).
Y esta guía no es un secreto guardado como la fórmula de la cocacola, sino que lo he publicado en este manual: Si quieres escribir un librojuego, pasa a la página 1.
Además, he tenido la suerte de publicarlo con Ana González Duque en MOLPEditorial. Ahora forma parte de una colección de libros para escritores muy potente.
Estoy muy muy contento.
No solo porque el lanzamiento, que fue el pasado 16 de marzo, esté yendo genial.
Hay otra cosa más importante.
Y es que quiero contribuir a que haya más librojuegos. Más escritoras y escritores que se lancen a crear este tipo de literatura interactiva.
Porque me encantaban de pequeño y quiero que los niños de hoy dispongan de un buen catálogo variado, moderno, cautivador y escrito originalmente en nuestra lengua.
Espero que este manual aportar un granito de arena (¡o varios!) al crecimiento del mundo de los librojuegos, que es maravilloso.

