Música de ciencia ficción 10: STARMAN (David Bowie)

Didn’t know what time it was, the lights were low
I leaned back on my radio

Es muy probable que a la mayoría de los que seguís esta serie de posts sobre música de ciencia ficción quien primero os viniera a la cabeza fuera el gran David Bowie.

Tengo que reconocer que con este artista me pasa un poco lo mismo que con la mayoría de referentes culturales de los años 70: no me atrajeron en un primer contacto de niño o de joven y, sin embargo, me han entusiasmado al redescubrirlos ya de cuarentón.

He elegido Starman.

David Bowie ofrece un catálogo espectacular de música de ciencia ficción, así que el Starman de hoy es solo el inicio de otras canciones del artista británico que, seguro, traeré a esta serie de posts. Y es que esta canción, sin ir más lejos, se incluye en el álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972) un disco conceptual todo entero dedicado a ciencia ficción. ¿No es genial?

Inconfundible Bowie

Me encanta la música que Bowie logró enlazar con la carrera espacial y los avances de los años 60 y 70. En aquella época, el espacio era tema habitual en los informativos y, supongo, en las conversaciones cotidianas. Es una pena que hoy en día la fascinación científica se haya enfriado para el gran público. Me maravilla pensar que lo popular, lo «pop», supo incluir entonces temas complejos, transcendentales y que invitaban a la reflexión. Si el pop demanda artistas con una buena profundidad de pensamiento y una alta calidad intelectual, creo que se logran obras y sociedades mucho mejores. No digo que hoy en día no haya una producción cultural tan buena o mejor que entonces, pero mi impresión es que la calidad ha quedado relegada a segundo plano y muchos productos culturales de éxito son, en realidad, mediocres. Además, las redes sociales parecen estar dominadas por algoritmos que nos ofrecen toneladas de contenido similar a lo que ya hemos consumido, dificultando enormemente el descubrimiento de cosas nuevas, distintas y realmente originales. Así, ¿cómo saber de nuevos artistas y obras que nos abran la mente a nuevos caminos?

Pero dejemos la pataleta y volvamos a Starman.

La propia textura de la canción es genial. Me encanta esa repetición de sílabas finales en algunos versos, esa melodía inconfundible y ese mensaje que admite interpretaciones, tanto de la crítica como, sobre todo, personal de cada uno.

Y es que esta es la fuerza de las canciones gracias a la que, en ocasiones, son superiores al resto de géneros literarios. Las canciones insinúan, cuentan brevemente o esbozan, invitando (¿obligando?) a los oyentes a poner mucho de su parte para completar la obra. Así, yo imagino unos niños protagonistas, únicos capaces de conectar con el mensaje de Starman, porque aún no han perdido su capacidad de pensamiento mágico. Sí, ese mismo tipo de pensamiento que hace que los niños disfruten de una manera tan plena de los cuentos de hadas maravillosos. Hay cosas que solo pueden ocurrir hasta la edad de ocho o nueve años porque luego el cerebro cambia y pierde pie en ese sentido de la maravilla.

Starman me gusta porque conecta ciencia ficción con magia y fantasía a través de los niños, clave de todo. Para mí, esto es nuclear. Soy escritor en géneros de ciencia ficción e infantil y me cuesta horrores explicar que para mí tiene un sentido único. Lo intento a través de mi newsletter Holoceno 13000, pero es difícil, y por eso me entusiasma encontrar ejemplos que me ayuden a justificar mi posicionamiento creativo. Y si el ejemplo viene de la mano de un artista tan brutal como David Bowie, mucho mejor.

Aunque también podría ser que esté proyectando mi manera de pensar en su canción, claro, y quiera encontrar validación para mis ideas en referentes culturales externos.

Starman puede ser una metáfora de inocencia, si se quiere, o metáfora también si nos empeñamos que la canción puede estar dirigida a ese manido «niño que todos llevamos dentro». Pero, no nos engañemos, el centro de gravedad de la canción Starman ya no está en nuestro ombligo.

Hoy le he puesto esta canción a mi hijo. No me lo esperaba, pero le ha gustado y se ha interesado por la letra. Definitivamente, es una canción multigeneracional, aunque su esencia solo pueda pertenecer con plenitud a los más pequeños.

Y tú, ¿cómo interpretas esta canción? ¿Cómo es tu Starman?

Ficha técnica

  • Canción: Starman
  • Artista: David Bowie
  • Álbum: The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars
  • Año: 1972
  • Duración: 4:14
  • Escúchala en Spotify clicando aquí:

La imagen mostrada de cubierta del álbum se utiliza en baja resolución, a título ilustrativo y sin fines lucrativos. Es, además, una imagen ha sido utilizada en numerosas webs de internet distintas a esta. Puede estar sujeta a copyright.

Piece of my heart (Janis Joplin)

Tengo un relato en proceso de ideación que mezcla una banda de rock y un personaje con poderes paranormales. En un momento dado, quiero mencionar en el relato al club de los 27.

El club de los 27 hace referencia a una serie de músicos y otros artistas que murieron a la edad de 27 años. Los de mi quinta recordamos muy bien el caso de Kurt Cobain, el líder de Nirvana, porque la noticia de su muerte nos cogió de sorpresa en plena adolescencia en los años noventa profundos. Los que sean más jóvenes que yo, recordarán con más claridad el caso de Amy Winehouse.

Aunque el fallecimiento de Cobain vino a acuñar definitivamente el concepto del club de los 27, la cosa se había gestado antes, entre 1969 y 1971, con la muerte de músicos como Brian Jones de los Rolling, Jimi Hendrix o Jim Morrison de The Doors.

Y con la muerte de Janis Joplin.

Podría decir que busqué un vídeo de Joplin para documentarme, pero no sería del todo cierto porque la referencia al club de los 27 en el relato será solo eso, una referencia, una mención o un comentario de algún personaje.

Pero no todo es documentación.

Hay otra cosa que los escritores necesitamos y es meternos en contexto, entrar en un cierto modo de pensar, acercarnos a un estado emocional determinado. Esto ayuda a darle a la escritura el pulso necesario, la textura adecuada.

Fijaos qué potente es este video de Piece of my heart en directo grabado en Alemania en 1968, y donde Janis Joplin lanza una interpretación bestial.

No es una voz que pueda decirse en el canon de lo que es cantar bien, pero transmite muchísimo. Pone los pelos de punta. Me impresionó la actuación de Joplin y me he creado mi propia imagen de esta mujer, mi propio personaje completado con mucha imaginación y detalles que tan solo son ficción.

Veo a la cantante ya devastada por la heroína y el alcohol en este vídeo, dos años antes de su muerte. De hecho no parece que tenga veinticinco años, está envejecida. Me da la sensación de que, de alguna manera, sabe que morirá pronto y que no son muchos los momentos plenos, como este, que podrá disfrutar. Por eso invita al público al escenario, para hacer de ese tiempo y ese espacio algo inmortal, y quizá también para rodearse de un cariño que realmente necesitaba. Imagino una Janis Joplin que desde niña ha buscado la felicidad, pero que esta le ha sido esquiva. Mi Janis imaginada es una niña primero y luego una adolescente que pide amor a gritos y no lo consigue, y que de tantas ganas lo cree ver ya de veinteañera en un espejismo: confunde la felicidad serena y a largo plazo con el placer inmediato del sexo, el alcohol y la heroína. Aunque quizá solo se sintiera plena en el escenario.

Sí, he creado un personaje, mi Janis Joplin particular, con dos o tres elementos reales y muchísimos ficticios. Pero es que soy escritor y necesito construir el personaje completo. Y con «completo» no me refiero a crearle una biografía de doscientas páginas que trace su vida, sino a darle esencia y sentido. Y la tragedia de una mujer que busca ser querida pero solo encuentra placeres efímeros que acaban con ella me parece algo bastante completo.

Me parece que esta canción, la interpretación tan poderosa, la historia triste que le he inventado a mi Janis y cierta rabia contra las drogas y todo lo malo que provocan crean un marco emocional que, sí, seguro que acaba derramando chorros de «esencia Joplin» en el texto que resulte.

Venga, ya puedes volver a ver el video de nuevo que lo estás deseando. Yo termino aquí el artículo y dejo que Janis te hipnotice con su manera de cantar Piece of my heart.

My Fairy King (Queen)

Recuerdo escribir Las aventuras de Kai, una novela corta juvenil, en un PC multimedia. Yo tenía entonces 19 años y aquella historia debía ser el resultado del curso de creación literaria impartido por Consuelo Cerejido que realicé en la Universidad Popular de Alcorcón durante el año académico 1998/1999.

Tecleé las 17.000 palabras de aquella novelette en un ordenador Pentium a 120 MHz que cargaba Windows 3.11 y el procesador de textos Word 6. La máquina venía equipada con un lector de compact-disc (CD) y permitía algo tan maravilloso en la época como hacer sonar un disco a la vez que se trabajaba con las herramientas de oficina. Hoy en día esto no tiene nada de especial, pero en los años 90 podía considerarse casi un lujo.

Las aventuras de Kai fueron creadas con el album de estudio de Queen, llamado igual que la mítica banda de Freddie Mercury y editado en 1973. En casa tenía una edición en compact-disc, lo más puntero en la época en cuanto a música, calidad digital frente a los tradicionales vinilos o los cassettes.

Cuando comenzaba a sonar la canción My Fairy King, el cuarto corte del álbum de Queen, llevaba ya algo más de 10 minutos trabajando en el relato y solía haber encontrado esa inmersión en la escritura, ese estado de concentración profunda en el que es una delicia trabajar. Por eso My Fairy King solía pasarme desapercibida y nunca fue una canción que quisiera escuchar en bucle activamente, pero sí que debió marcar mi subconsciente. Y es que hay una serie de características que hacen mágica esta canción.

My Fairy King habla del mundo ficticio de Rhye inventado por el propio Freddie Mercury. Quizá por eso, en algún plano de conciencia, mi Fabularnia encajaba con Rhye. Fabularnia era el universo que inventé para albergar Las aventuras de Kai, y Rhye era el mundo de fantasía del cantante de Queen.

La canción, además, usa un piano magistral, unos coros grabados múltiples veces con la voz de Freddie y ese sonido de la Red Special del guitarrista Bryan May con ecos que resultan en una atmósfera onírica donde magia, hadas y fantasía toman cuerpo.

La estructura de My Fairy King es épica, con ese inicio de canción de paz y armonía en un mundo idílico que se trunca con un grito y una estrofa geniales en el minuto 1:25. Llega el caos, la lucha y el daño infligido al rey de las hadas y una parte instrumental que conduce hasta el final de la canción y nos deja la duda de si acaba así la historia. Yo creo que no, yo creo que nos pasa el testigo y nos invita a completarla nosotros. El rey de las hadas no puede acabar así; la magia, la paz y la armonía deberían ser restauradas. Por eso quizás esta canción anima aún más a escribir.

También, como curiosidad extra, deciros que el cantante de Queen decidió adoptar el apellido artístico de Mercury a raíz de esta canción. ¿Qué os parece?

Os he dejado el video oficial de la My Fairy King para que lo disfrutéis. Hacedlo a vuestra manera. Para mí esta canción es volver a tener 19 años y recuperar una forma de escritura aún inmadura, pero muy honesta y genuina. Escribir es algo mágico y algo fantástico.

¿Qué significa esta canción para ti?