Acabo de publicar «La bruja Maruja y su castillo». Se trata de un cuento infantil y el proceso de elaboración ha sido precioso.
A la bruja Maruja no le gusta compartir nada con nadie. Lo que más desea en el mundo es vivir sola, lejos de todos. Pero, una vez que consigue comprar su propio castillo, ocurre algo inesperado. ¿Quieres descubrirlo?
Lo inventé junto con mi hijo, cuando tenía cuatro años. Él aportó los elementos iniciales y el giro principal de la trama. Yo puse las cosas en orden y apliqué una estructura sencilla pero eficaz. Ese planteamiento, nudo y desenlace que en los cuentos de niños puede concretarse en presentación del personaje, problema y solución con final feliz. Todo esto de forma oral, hablada, con apoyo de una libreta en la que esbocé unos dibujos para acompañar la narración.
Este juego de inventar un cuento lo habíamos hecho otras veces mi hijo y yo. En esta ocasión, el resultado fue muy divertido, la aportación del niño muy enriquecedora y el resultado muy redondeado. Decidí pulirlo y emprender el camino para convertirlo en un cuento de verdad.
Alcancé muy pronto una redacción del texto satisfactoria. Pasar del oral al escrito, además, suele aportar orden y ayuda a mejorar la estructura. Después, empecé a concebir el formato del libro y a decidir algunos aspectos del diseño que, aunque ya los sabía por intuición, me sorprendieron cuando tomé conciencia de todos ellos.
- Letra ligada. Los niños de 4 años comienzan a familiarizarse con las letras, es el inicio del aprendizaje de la lectura. El tipo de letra que se utiliza en los colegios no es letra de imprenta, sino letra ligada, de tipo manuscrita y que presenta una continuidad del trazo dentro de una misma palabra. Como padre comprador de cuentos, me ha costado encontrar ediciones que utilicen este tipo de letra. Hay algunas, muy buenas, pero la mayoría utilizan tipografías de imprenta. Tuve claro desde el primer minuto que «La bruja Maruja» tendría letra ligada.
- Tamaño de letra grande. Por la misma razón. El cuento va dirigido a niños que están empezando su aprendizaje de la lectura y el adulto que lee el cuento puede seguir con el dedo palabra a palabra. También va dirigido a los niños que han aprendido ya a leer y se enfrentan a sus primeras lecturas autónomas. El tamaño de letra, en cualquiera de los casos, debe ser grande.
- Ilustrado y a todo color. En los cuentos infantiles de esta edad, la imagen es crucial. De hecho, es hasta más importante que el propio texto. Desde la primera redacción de «La bruja Maruja y su castillo» tuve en cuenta que cada párrafo correspondería con un dibujo. Así, el manuscrito del cuento estaba compuesto ya en su primera versión por una sucesión de escenas sencillas.
- Formato cuadrado. La mayoría de los cuentos infantiles que forman parte de la biblioteca de mi hijo son cuadrados. Es el formato más cómodo, y el más apropiado para una publicación en la que los dibujos van a ser protagonistas.
Con estas premisas, invité a mi amigo Alberto GG a ilustrar el cuento. Además de ser un estupendo dibujante, tiene experiencia con tiras cómicas y sabría sacarle todo el partido a un texto divertido. También se maneja a la perfección con las herramientas digitales necesarias para crear un PDF profesional, algo imprescindible para plantearnos una edición propia. Pero, por encima de todo, Alberto es uno de mis mejores amigos.
El proceso de creación de las ilustraciones, la portada, la tripa o interior del libro, la sinopsis y todos los elementos adicionales llevó meses. Mi hijo fue testigo de los avances, y mi mujer una crítica atenta a los detalles y constructiva.
Con todo preparado, enfrentamos el proceso de publicación en Amazon. Tras validar un primer ejemplar de prueba y superar todas las revisiones necesarias, por fin ha salido a la venta. ¡A tiempo para las navidades!