El mercader de Venus, nueva época

Este año 2025 vuelve El mercader de Venus, y lo hace con aires renovados.

Abandona su antiguo formato de antologías de relatos para transformarse en una revista al más puro estilo pulp. Aunque con muy buenas calidades en la cubierta y el papel, todo hay que decirlo.

Además, amplía su rango temático para incorporar, junto a la ciencia ficción que ya contemplaba anteriormente, el terror y la fantasía.

Esto es una buena noticia. En España no abundan las revistas de literatura de género y contar con esta referencia es algo que celebrar. Además, en adelante lanzará convocatorias abiertas a escritoras y escritores, lo que es garantía de variedad y originalidad.

He tenido el privilegio de publicar relatos en los cuatro primeros números de la primer época de El mercader de Venus y, en esta nueva etapa, también participo. Y eso me encanta.

Mi cliente era Inox-7000, con número de serie 9798546041519. Se trataba de un cuchillo de cocina profesional de acero inoxidable forjado, mango de micarta con tres remaches y unos espléndidos veinte centímetros de hoja.
Estaba acusado de asesinato.

Así comienza Inox-7000, el relato con el que contribuyo a este número 5 de El mercader de Venus, el primero de esta nueva época. Es un relato policíaco y de ciencia ficción, con humor y también con un puntito de acidez. He buscado esa doble lectura que tanto me gusta en relato corto, que permite tanto una lectura entretenida y ligera como una reflexión más profunda.

Porque, ¿qué te parece que un cuchillo sea acusado de asesinato?

Si quieres saber más sobre la revista, te lo cuente directamente el editor en esta entrevista en Instagram con todos los detalles. Bueno, te lo contarán el editor, Francisco Tapia-Fuentes, pero también Nuria Chicote, la anfitriona y conductora de la entrevista, y yo mismo, que me colé en la fiesta como autor.

Si quieres descubrir la historia de Inox-7000 y descubrir los otros textos maravillosos que lo acompañan en la nueva entrega de El mercader de Venus, te invito a que te hagas con tu ejemplar aquí:

Suscríbete a mi canal más personal y llévate un ebook de regalo.

En directo: librojuegos y amigas

Este viernes día 13 de diciembre, a las 16:00 horas, participo en un directo de Instagram junto con mis amigas escritoras Leti Moregal y Nuria Chicote.

¡Extra, extra! Hago un inciso de actualización: el directo que anuncio en este post ya ha ocurrido. La buena noticia es que quedó grabado y podéis verlo aquí:

Hablaremos de librojuegos, de cómo crearlos y de las posibilidades que ofrecen en la literatura infantil y juvenil. También, comentaremos el librojuego Conviértete en samurái, de Leti Moregal y Jairo Coronado, publicado por Henko Ediciones.

Conviértete en samurái está ambientado en el Japón feudal y toma elementos fantásticos de su folklore por lo que, además de una buena dosis de aventura, permite explorar algunas de las leyendas más asombrosas del país del sol naciente.

Nuria es una especialista en literatura infantil y juvenil. Además de escritora, contribuye con sus decenas de actividades a enriquecer este mundo de las letras para los más peques, a crear una verdadera comunidad en torno a los libros y a divulgar el trabajo de autores y editoriales de LIJ.

Ambas, Nuria y Leti, están apoyando con muchísima energía el género de los librojuegos. Y eso es algo que me emociona, porque en cierto modo sigo siendo el niño que creció leyendo aquellos ejemplares de Elige tu propia aventura.

Lo que más me gusta de los directos, además de que son muy frescos y dinámicos, es que dan cabida a preguntas y respuestas. Desde que publiqué el manual de escritura de librojuegos Si quieres escribir un librojuego, pasa a la página 1 he tenido la oportunidad de participar en distintas charlas y responder a un montón de preguntas de personas interesadas en crear este tipo de obras interactivas. ¡Estaré encantado de resolver dudas y hablar de las tripas de los librojuegos!

La emisión del viernes podrá verse desde el Instagram de Nuria en este enlace o pinchando en el logo:

¡Os espero!

La familia de «El mercader de Venus vol. 3»

Ayer, 17 de junio de 2021, la Asociación Riojana de Escritores (ARE) y la editorial Con Pluma y Píxel organizaron una presentación con autores de El mercader de Venus vol. 3.

Esta antología de ciencia-ficción, con temática ciberpunk, es muy especial para mí. Y no solo porque participo con un cuento. También, porque lo hacen otros compañeros y amigos escritores con quienes comparto camino. Venimos a formar una familia literaria con epicentro en la figura de nuestro genial editor, escritor y amigo Francisco-Tapia Fuentes.

El video de la presentación en la ARE deja ver esa buena relación que mantenemos. Es importante escribir, pero más aún lo es disfrutar del oficio de escritor. Publicar en Con Pluma y Píxel garantiza una buenísima experiencia.

¡Gracias a todos por este rato tan bueno! Y no me enrollo más, que querréis ir directos al vídeo:

Cómo ganar un concurso de microrrelatos

Durante los meses de marzo y abril de 2020 fui jurado de la serie de concursos semanales de microrrelatos organizados por Covadonga González-Pola, directora de la Escuela Tinta Púrpura, a través de Instagram. En mayo de ese mismo año grabé un vídeo que, sumando al bagaje que tenía en literatura breve con la experiencia como jurado, me atreví a titular «Cómo ganar un concurso de microrrelatos». El vídeo se emitió en el grupo de Facebook de la Escuela Tinta Púrpura como una de las muchas actividades que Covadonga puso en marcha en pleno confinamiento por el Covid-19. Hoy, casi un año después de aquello, quiero recuperarlo para todos los lectores que os acercáis a mi web. Creo que los puntos tratados son importantes para conseguir buenos microrrelatos, espero que os resulten útiles.

La experiencia en este concurso fue especial. Trabajé muy cómodo y con mucha libertad con Covadonga. Cuando me propuso ser jurado me pareció de lo más interesante por dos razones principales. La primera, porque el microrrelato es un género que me encanta, como lector y como escritor. La segunda, porque para mí Covadonga es una referencia en literatura y es un privilegio colaborar con ella.

¡Seguimos leyendo y creando microrrelatos!

.

Cerrando el capítulo 2018

Un blog merece la pena aunque solo sea por tener un lugar donde hacer balance de cada año y planificar el siguiente, un ejercicio estupendo para los ratos libres que nos ofrece la Navidad.

Mi balance literario de 2018 es bueno y mi gran conclusión es que la escritura no es un oficio tan solitario. Echando la vista atrás, creo que todas las empresas literarias que he acometido este año que termina han contado con el apoyo de otras personas. Por eso, más que lista de logros, me gustaría presentar los siguientes puntos como lista de agradecimientos a las personas que han compartido letras conmigo.

  • Si en 2017 rompí el cascarón con la publicación de dos libros, Naksatra y Escrito en piedra: Nigredo, en 2018 he sacado a la luz La bruja Maruja y su castillo. He ampliado mi catálogo y, además, lo he hecho con un cuento infantil con el que he disfrutado mucho. El proceso de elaboración ha sido muy especial: lo he creado con mi hijo, lo ha ilustrado y maquetado mi gran amigo Alberto García y todo el proceso lo ha supervisado mi mujer.
  • He continuado al lado de mis compañeros de Verbo Azul, mi grupo de escritores de referencia al que voy a enchufarme cuando tengo la batería literaria baja y que siempre me entrega energía y ganas de seguir.
  • He redactado algunos relatos breves y cuentos infantiles.
  • He visto cómo Ideas para Lucía y Linda Pituitaria, dos de mis cuentos más queridos de Naksatra, han tomado forma de audio gracias al podcast A voz en cuento, creado por José Jesús García Rueda, y han cosechado miles de escuchas.
  • He publicado una nueva edición de Escrito en Piedra: Nigredo en Amazon, gracias al buen hacer de Juan Miguel Lorite en el trabajo de diseño.
  • He disfrutado de presentaciones y actividades literarias como el NaNoWriMo en Libros de Arena, librería vocacional regentada con un cuidado y cariño enormes hacia los libros por José Ángel Fornás.
  • He contado con la complicidad y el apoyo de la comunidad de Librojuegos.org, unida por un grupo de Whatsapp que ha sabido llenar los enormes espacios de tiempo entre los esporádicos cafés que he podido compartir con alguno de ellos en persona, y que han ayudado a mantener vivo mi interés por la ficción interactiva.
  • He completado un manuscrito que, si todo va bien, será mi próxima obra publicada, y para cuya redacción han sido muy valiosas las aportaciones de mi sobrino y de mi mujer, incansable lectora cero y correctora.

Tengo mucho que agradecer a muchas personas, tanto en la creación como en el apoyo a los resultados de mi trabajo en escritura: compañeros de trabajo, amigos del barrio, de la Universidad,  y tantos otros. Por eso, en mis planes para 2019 no me ha extrañado nada ver que, muchos de ellos, cuentan ya de inicio con la colaboración de otras personas.  Aquí van algunos :

  • Publicar ediciones en francés y en inglés de La bruja Maruja y su castillo.
  • Crear dos nuevos cuentos infantiles.
  • Completar la edición de La chistera de Abracadán, obra de teatro infantil.

Y continuar con algunos proyectos interesantes que tengo entre manos pero que aún necesitan definirse un poco más antes de hablar de ellos en este blog.

Gracias a todos los que estáis ahí y me habéis ayudado de alguna manera.

 

 

 

Alcorque nº 4 (1996)

Revista Alcorque, nº 4 (junio 1996)

El número 4 de la revista Alcorque tenía cierto porte de madurez. Utilizar un papel de color amarillo pastel fue un acierto: aunque seguía siendo un conjunto de fotocopias grapadas, a la vista tenía una apariencia más interesante. El interior había perdido ese gamberrismo en la maquetación del número 3, el anterior. Ahora, visto con la perspectiva de los años, creo que perdimos la oportunidad de seguir la senda fresca de recortar revistas sin piedad y mezclar sus trozos con nuestros textos en un frankenstein divertido y diferente. En ese modelo la literatura no era la única protagonista de la revista, y quizá por eso el número 4 de Alcorque velaba más por el bienestar de los versos y renglones y redujo el protagonismo de tijeras, recortes y pegamento.

Este número se dedicó a la poesía. Por aquella época, solía juntar versos de vez en cuando, y disfrutaba especialmente jugando a construir todo tipo de estrofas clásicas. No hice mucho caso a los romances, había escrito de niño un buen número de ellos, cuentos en formato de octosílabos, en realidad. En 1996, me gustaba más mezclar heptasílabos y endecasílabos, me forzaba a intentar cuadrar sonetos de vez en cuando y decidí que mi estrofa favorita era la lira. Lo sigue siendo. Creo que la verdadera razón fue que preferí los versos de métrica impar, me parecían más afines a lo fantástico, lo maravilloso y lo elevado que los versos con un número de sílabas par. Los octosílabos de los romances me parecían llanos, pegados a la tierra, enraizados casi, y aquello casaba poco con la adolescencia, menos aún en la mía que tenía la cabeza puesta en estrellas, planetas, agujeros negros, nebulosas, galaxias y, claro, en las chicas.

En una revista dedicada a los versos, los dos poemas breves que incluí quedaron sin duda por debajo del nivel medio de los textos de mis compañeros. Aprendí de nuevo de Ana Garrido y Juan José Alcolea, inseparables ya en Alcorque, y del resto de compañeros. En esta revista, además, escribió Consuelo Cerejido, nuestra profesora del aula de creación literaria, pero se decantó por una reseña. Habló sobre «La piel del tambor» de Arturo Pérez-Reverte, que leí poco después.

La revista salió a la luz en junio de 1996. Aquel curso terminó y Alcorque se diluyó, nunca hubo un número 5. Ni siquiera recuerdo por qué en el siguiente curso no retomamos este proyecto. Desde luego, seguí escribiendo, pero no volvería a colaborar en una revista hasta que recalé en la asociación de escritores Verbo Azul de Alcorcón y trabajamos en La hoja azul en blanco. Pero aquello no ocurrió hasta 2001.

Alcorque, hoyo que se hace al pie de las plantas para detener el agua en los riegos, según la RAE y para la mayoría de la gente. Para muchos, una palabra de la que incluso desconocen el significado. Pará mí, una palabra mágica que me trae muy buenos recuerdos. Unos puñados de fotocopias grapadas que por su edición no llegan ni a la categoría de libro de bolsillo y que, sin embargo, ocupan un lugar de honor en mi salón. Una aventura de un grupo de aprendices de escritores, una experiencia que pude compartir con compañeros de mayor talento y experiencia. Somos muy pocos los que podemos decir que hemos publicado en los cuatro números de Alcorque: María Alandes, Ana Garrido, Lucía Hernández, Lucía Escamilla, Pilar Adón y yo. Sé que Pilar Adón y Ana Garrido han seguido escribiendo, ganando premios y publicando. Del resto, espero que sigan haciéndolo. Aún queda agua detenida.

Alcorque nº 3 (1995)

Revista Alcorque, nº 3 (diciembre 1995)

Los dos primeros números de Alcorque se crearon en el aula de literatura del curso escolar 1994-1995. La experiencia de aquel curso, incluida la revista, me encanto, y volví a matricularme al año siguiente. La profesora, Consuelo Cerejido, tuvo la habilidad de plantear un curso de escritura apropiado tanto para los que veníamos del año anterior como para los nuevos.

Una de las incertidumbres era si seguiríamos adelante con la revista Alcorque. Sí, lo hicimos. Varios de los compañeros del curso pasado volvíamos a estar juntos y con ganas de continuar el proyecto.

Entonces hacía ya un par de años que conocía a Raúl Yebra y nos habíamos intercambiado varios cuentos. Nos presentó Miguel Ángel Viejo, mi mejor amigo del colegio. Nos dejamos de ver paulatinamente cuando terminamos la EGB y fuimos a parar a institutos diferentes. Cada vez nos veíamos menos, y en una de esas me presentó a Raúl. Cuando me habló de él la primera vez me dijo algo así como «Está loco y también escribe, te lo tengo que presentar». Quedamos varias veces y comprobé que su locura era en realidad una creatividad desbordada. Supongo que en algún momento le recomendé los cursos de creación literaria y, este año, Raúl también se matriculó y fuimos compañeros de clases.

«El bosque de las almas en pena» fue el relato que Raúl publicó en el número 3 de Alcorque. Yo incluí «El aroma de las estrellas», un cuento que mejoraba sin duda mis trabajos anteriores para los números 1 y 2 de la revista. Mis amigos Ana Garrido y Juan José Alcolea se decantaron por los poemas «Vértice» y «Una tarde cualquiera de otoño», respectivamente. Otros títulos de las obras allí incluidas me traen sensaciones especiales, como «Borobudul», «Relumino» o «Interior de un cuadro sin luz», y me he descubierto con cierta resistencia a continuar más allá del título por si, después de tantos años, una nueva lectura pudiera hacerles perder su magia. Existe, o debe existir, el derecho a no releer algo que nos gustó mucho tiempo atrás, igual que existe el derecho a dulcificar los recuerdos.

La genialidad de Yolanda Núñez estaba presente de nuevo. Su técnica de maquetación artesana y su habilidad para explotar las posibilidades de las fotocopiadoras se encuentran por toda la revista y, sobre todo, en las páginas centrales. Nos divertimos con las manualidades navideñas que incluimos entre todos. Aquel diciembre, antes de irnos de vacaciones, quedó lanzada. Había pasado casi un año desde el primer número de Alcorque, que vio la luz el febrero anterior. Yo, encantado de haber publicado en tres ocasiones durante aquel año de 1995 gracias a la revista y a la Universidad Popular de Alcorcón.

 

 

Alcorque nº 2 (1995)

Revista Alcorque, nº 2 (junio 1995)

En junio de 1995, y para despedir el curso de creación literaria de la Universidad Popular de Alcorcón, publicamos el segundo número de la revista Alcorque.

El planteamiento parecía que sería similar al del primer número, pero ocurrieron varias cosas que le dieron a este mucha más fuerza. Las ilustraciones ganaron en calidad, comenzando por la propia portada. En esta ocasión, no imprimimos los ejemplares en un servicio de reprografía, sino que utilizamos los recursos y la fotocopiadora de la misma Universidad Popular de Alcorcón, y eso la hizo aún más artesana que la primera. Pero, sobre todo, tuvimos a Yolanda Núñez.

Yolanda irradiaba una energía especial. Era todo nervio y buen carácter. Se echó al hombro la revista y tiró de ella, de todos nosotros. Revolucionó la maquetación: la sacó de los corsés del software de oficina de la época y trabajó con tijeras, pegamento y rotuladores sobre los grandes pliegos A3 originales. Supo crear una tremenda complicidad entre nosotros. Ya no era tan solo la revista del aula de creación literaria que cargaba su peso en la profesora del curso para poder flotar, se había convertido en algo autónomo, de todos y mucho más fuerte.

Volví a publicar junto a mis compañeros del primer número y, además, se nos sumó Juan José Alcolea. El número 2 de Alcorque fue el primer proyecto que tuvimos en común  él, Ana Garrido y yo. Años más tarde, ingresaríamos en Verbo Azul y cogeríamos las riendas juntos de La Hoja Azul en Blanco. Pero esa es otra historia y debe contarse en otra ocasión.

Publiqué dos textos, el cuento «Sekuestro doble» (sí, a mis 16 años no sabía bien cómo ser rebelde, y utilizar la letra ka en cualquier sitio no me parecía tan mal) y «Hada», un poema breve, adolescente también, del que me sigue gustando el ritmo.

Este segundo número fue poderoso y mágico. El árbol lector del dibujo de portada me encanta, la verdadera imagen de lo que para mí significa esta revista. Y mucho más. Si es verdad que, cuando uno muere, se agolpan las imágenes de lo más importante que ha vivido, para mí esta portada será sin duda una de ellas.

Animo a todo el mundo a imprimir un par de cuentos o poemas y, después, dejar de lado el ordenador, desplegar en la mesa de trabajo un gran papel A3, revistas, tijeras, rotuladores y pegamento, recortar nuestros textos impresos y cualquier cosa con lo que nos apetezca rodearlos y montar una obra artesana.

Este ejemplar bien podría ser una pieza de coleccionista. Creo que la experiencia en Alcorque tiene mucho que ver con que hoy en día guarde con cariño cualquier libro de tirada ultracorta que caiga en mis manos, y mucho también con que me guste tanto leer escritores aficionados o independientes.

Alcorque nº 1 (1995)

Revista Alcorque nº 1 (febrero 1995)

La primera vez que publiqué fue en 1995, en la revista Alcorque del aula de creación literaria de la Universidad Popular de Alcorcón. Cada uno de los compañeros de aquel curso de escritura contribuimos con un cuento. Guardo aún un ejemplar de esta revista. Hoy he querido sacarlo de la estantería para traerlo a este blog y recordar aquella primera aventura de publicación.

Seguir leyendo «Alcorque nº 1 (1995)»