Este viernes día 13 de diciembre, a las 16:00 horas, participo en un directo de Instagram junto con mis amigas escritoras Leti Moregaly Nuria Chicote.
¡Extra, extra! Hago un inciso de actualización: el directo que anuncio en este post ya ha ocurrido. La buena noticia es que quedó grabado y podéis verlo aquí:
Hablaremos de librojuegos, de cómo crearlos y de las posibilidades que ofrecen en la literatura infantil y juvenil. También, comentaremos el librojuego Conviértete en samurái, de Leti Moregal y Jairo Coronado, publicado por Henko Ediciones.
Conviértete en samurái está ambientado en el Japón feudal y toma elementos fantásticos de su folklore por lo que, además de una buena dosis de aventura, permite explorar algunas de las leyendas más asombrosas del país del sol naciente.
Nuria es una especialista en literatura infantil y juvenil. Además de escritora, contribuye con sus decenas de actividades a enriquecer este mundo de las letras para los más peques, a crear una verdadera comunidad en torno a los libros y a divulgar el trabajo de autores y editoriales de LIJ.
Ambas, Nuria y Leti, están apoyando con muchísima energía el género de los librojuegos. Y eso es algo que me emociona, porque en cierto modo sigo siendo el niño que creció leyendo aquellos ejemplares de Elige tu propia aventura.
Lo que más me gusta de los directos, además de que son muy frescos y dinámicos, es que dan cabida a preguntas y respuestas. Desde que publiqué el manual de escritura de librojuegos Si quieres escribir un librojuego, pasa a la página 1 he tenido la oportunidad de participar en distintas charlas y responder a un montón de preguntas de personas interesadas en crear este tipo de obras interactivas. ¡Estaré encantado de resolver dudas y hablar de las tripas de los librojuegos!
Pertenece a la colección Mil Oniros Ciencia Ficción. Es ya el número 17 de esta serie de relatos cortos para leer en una hora que sale a la luz.
Sin embargo, es probable que en esta ocasión la lectura de WARMOR lleve más tiempo. Porque se trata de un librojuego y su exploración completa requiere cierta habilidad y concentración.
Sí, he querido colar un librojuego en una colección de relatos. WARMOR trata sobre un robot que, súbitamente, adquiere conciencia de sí mismo. Esta premisa encaja muy bien en la modalidad de lectura que plantean los libros al estilo de los Elige tu propia aventura. Permite al lector ser el protagonista, sentarse a los mandos del robot, dirigir sus pasos y adoptar las decisiones que estime oportunas.
Pero, a pesar de ser un librojuego, no es literatura infantil. Creo que a estas alturas no es necesario recordar que la ficción interactiva, aunque tuvo su boom comercial en los años ochenta de la mano de colecciones dirigidas a niños, abarca mucho más. WARMOR es un relato bélico y trata temas que, aunque habituales en la ciencia ficción, pueden resultar demasiado complejos para un niño.
Te dejo la sinopsis más abajo.
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Imagina que eres un robot WARMOR modelo Aurora, una armadura de guerra diseñada para garantizar la supremacía de combate en el terreno de la infantería. Imagina que algo te diferencia de manera radical del resto de máquinas: tú has adquirido conciencia. Lanzado de súbito a un tablero de juego con más interrogantes que respuestas, deberás buscar tu lugar en el mundo mientras sorteas las amenazas del hostil escenario de la guerra.
Es un librojuego al estilo Elige tu propia aventura para lectores y lectoras middlegrade (infantil) que combina aventuras y tecnología.
Supercoche
En sus páginas, tienes la oportunidad de pilotar un coche deportivo con personalidad propia gracias a su inteligencia artificial, como una versión moderna de El coche fantástico. También enfrentarás piratas informáticos e incluso podrás competir en una arriesgada carrera automovilística de prototipos.
Durante su escritura, que me llevó meses, quise incluir algunas referencias, guiños y homenajes. Por supuesto, estas no influyen en la aventura como tal y no es necesario conocerlas para disfrutar del librojuego con plenitud. Pero, creo, añaden una capa extra de interés sobre todo a los adultos que se acerquen a su lectura. Revelar estas curiosidades, aunque no supone un spoiler como tal, sí puede dar alguna pista. Pero hace ya unos años que lo publiqué y creo que es un buen momento para desvelarlas. Aquí van.
1. Está basado en tecnología española real
Si, además de librojuego e infantil, tuviera que asignar a ¡Supercoche! una tercera etiqueta, elegiría la de ciencia ficción.
O, siendo más preciso, tecnología-ficción. Lo que probablemente un lector que se acerque por primera vez a ¡Supercoche! no sepa es que este sustrato tecnológico no es casual, sino que es reflejo directo de mi experiencia profesional. Soy escritor, pero también tengo la suerte de trabajar en el campo de la I+D+i en el sector digital. Conozco de cerca ámbitos tecnológicos como la inteligencia artificial, el vehículo conectado y autónomo, la ciberseguridad, las tecnologías cuánticas o la realidad virtual y aumentada. Me encanta utilizar toda esta base de conocimiento como materia prima para crear historias. Los guantes táctiles, el casco de realidad virtual o las increíbles habilidades del supercoche Zirquit están basados en innovaciones y capacidades reales. Y no necesité documentarme en fuentes lejanas: me inspiré en tecnologías ya disponibles y en proyectos de empresas españolas con las que he tenido relación profesional.
La empresa ficticia Neuroquantics de ¡Supercoche! es un trasunto de estas compañías españolas. Ellas son, de alguna manera, las que han equipado al increíble Zirquit.
2. Incluye un homenaje a Tim Hartnell, de parte de mi yo de niño programador
De niño me divertía programando en un ordenador de la época, un Amstrad CPC464 de 8 bits. Aquella máquina cargaba programas a través de cassette y, aunque estaba orientado más a juegos que a cualquier otra cosa, me valió para aprender a crear código gracias al manual de BASIC que venía con el aparato.
Aquel manual pronto se me quedó corto y tuve que recurrir a la biblioteca municipal de Alcorcón, que me quedaba a unos diez o quince minutos andando de casa, para encontrar otros libros de programación. En aquella época, efectivamente, no existía Google, quedaban aún unos años para que Internet llegara a los hogares y las bibliotecas eran el único lugar en el que un niño como yo podía acceder a un mayor conocimiento en informática.
Fue gracias a la biblioteca pública que descubrí los maravillosos libros de Tim Hartnell sobre programación de juegos de ordenador. Con ellos aprendí qué significaba la inteligencia artificial y cómo un programa con un código relativamente breve y sencillo era capaz de emular comportamientos inteligentes, de mover fichas en un juego de tablero o de componer poemas de forma automática.
De Tim Hartnell tomé el apellido para mi personaje de Edward Hartnell, el genio fundador de Neuroquantics en ¡Supercoche!
3. Hace un guiño al programa informático Eliza
Fue también gracias al libro de Tim Hartnell sobre inteligencia artificial que descubrí el programa Eliza. Tim presentaba una adaptación a BASIC del célebre programa. Eliza fue rompedor en su momento, el primer programa de procesamiento de lenguaje natural, que era capaz de mantener una conversación (aunque fuera en modo texto) con un humano. Este chatbot primitivo mantuvo a muchas personas pegadas a la pantalla, tecleando sobre sus sentimientos, sus problemas o sus sueños. Por eso en ¡Supercoche! decidí llamar Elisa a la empleada que te abre las puertas de Neuroquantics.
4. Incluye un homenaje a Edward Packard, de parte de mi yo de niño lector
Me enganché a la lectura de niño gracias a la serie de librojuegos Elige tu propia aventura de la que disfrutamos muchos en los años ochenta y principios de los noventa. El escritor creador de la colección, y uno de los máximos referentes del mundo de los librojuegos, es Edward Packard. Podríamos decir que el propio ¡Supercoche! es en sí mismo un homenaje a aquellos pequeños libros rojos. Para mí, publicar un librojuego por primera vez y hacerlo en una colección de referencia como Tú decides la aventura de la Editorial Hidra completaba el círculo que abrí de niño al descubrir y leer por primera vez las páginas de Elige tu propia aventura. Pero quise ser más explícito aún e incorporar en el nombre de pila del personaje Edward Hartnell de ¡Supercoche! un homenaje directo al gran Edward Packard.
5. El curioso caso de la ciudad de Argleton
En ¡Supercoche!, varias de las escenas cumbres de la aventura tienen lugar en el circuito de Argleton, donde se celebra una carrera en la que tú, lector, tienes opción de participar.
Sucede que Argleton apareció durante un tiempo referenciado tanto en Google Maps como en Google Earth, pero en realidad nunca ha llegado a existir como pueblo real.
Esta curiosidad de lugar virtual que no corresponde con nada real me pareció interesante y, además, una muestra de cómo entendemos las personas lo real y lo ficticio. Nunca he estado en Sidney, ni tampoco en Rivendel. En realidad, las ubicaciones que sí he visitado no son más que una pequeña fracción de lo que representa un mapa del mundo. Incluso si nos ceñimos a España, hay más de 8000 municipios. ¿De verdad podríamos distinguir si uno fuera, en realidad, inexistente y solo figurara en los atlas y en Google Maps?
6. Otros nombres que no son casuales
Además del personaje de Edward Hartnell, que encierra un doble homenaje a Edward Packard y a Tim Hartnell, de Elisa que refiere al programa Eliza o del circuito de Argleton, otros nombres que utilicé en ¡Supercoche! esconden su propio motivo.
El personaje de Roberts es una referencia al pirata Roberts de La princesa prometida (si no has visto la película o no has leído el libro, ¿a qué esperas para hacerlo?).
El personaje de Morris hace referencia al profesor Robert Tappan Morris, creador del llamado gusano Morris, uno de los primeros malware de Internet.
Y, finalmente, para la piloto Skadi de ¡Supercoche! quise evocar parte del carácter de Ruta Skadi, la Reina de las Brujas en la saga de La materia oscura del escritor británico Philip Pullman.
Creo que todas estas curiosidades enriquecen el libro en una capa adicional. Sin embargo, la esencia de ¡Supercoche! es la aventura, sin mayores pretensiones, y su principal objetivo es entretener a lectores y lectoras. ¿Te atreves a pilotar un supercoche?
Yo lo he querido hacer desde descubrí la serie de libros de Elige tu propia aventura.
Era entonces un niño. Me encantaban. Fueron quizá los títulos que más contribuyeron a convertirme en un verdadero lector en el futuro.
Casi al instante, quise escribirlos. Y lo hice. Con apenas once años, completé mi primer librojuego, El laberinto. Era el primero y contenía multitud de fallos de todo tipo, pero aprendí a cerrar todos los finales, crear y usar un árbol de decisión y muchas otras cosas. Hablo sobre este primer librojuego en esta entrada.
A continuación, también con once o doce años, comencé a escribir otro nuevo librojuego. Era de ciencia ficción espacial. En este caso me embriagué con las posibilidades de ramificar y abrir más y más historias, hasta que se volvió un auténtico diplodocus inmanejable. Quedó inconcluso, pero aprendí muchísimo y entendí que escribir librojuegos requiere también de planificación y autocontención.
Mi primer librojuego publicado con editorial fue ¡Supercoche!. Tardé ocho meses en escribirlo. Con él aprendí a escribir para editorial, a ceñirme a pautas y, también, me llevé algunas lecciones sobre puntos a mejorar, principalmente en cuestión de diseñar estructuras más interesantes.
Siguió Bacterrobot, que tardé también meses, aunque era sustancialmente más largo e incluía un punto adicional de complejidad. Apliqué todo lo que había aprendido y, también, tuve que explorar un nuevo perfil de público y adentrarme en el mundo adolescente y adulto.
Sin embargo, el último librojuego que he escrito hasta la fecha, Aharata karate, lo escribí en doce días.
Y no penséis que acasoAharata karate está falto de calidad. Todo lo contrario. Estoy recibiendo críticas muy positivas y, también, algo sorprendente: aunque es un libro orientado a infantil-juvenil, ¡también se están enganchado los adultos a su lectura!
¿Qué sucedió entonces? ¿Cómo puede ser que escriba en dos semanas lo que antes podía llevarme ocho meses?
La respuesta es que apliqué un método.
Un método por pasos muy efectivo, que permite mantener las ideas muy claras sobre el librojuego y redactar mejor, sin perder el hilo, manteniendo ese estado de encontrarse sumergido en la ficción que facilita que la prosa fluya y, sobre todo, conociendo bien en qué punto me encuentro de la escritura y qué es lo siguiente que toca hacer.
Este método no es magia. Es una guía detallada en diez pasos fácil de aplicar (y de adaptar, que cada escritor usa sin duda sus condimentos).
Además, he tenido la suerte de publicarlo con Ana González Duque en MOLPEditorial. Ahora forma parte de una colección de libros para escritores muy potente.
Estoy muy muy contento.
No solo porque el lanzamiento, que fue el pasado 16 de marzo, esté yendo genial.
Hay otra cosa más importante.
Y es que quiero contribuir a que haya más librojuegos. Más escritoras y escritores que se lancen a crear este tipo de literatura interactiva.
Porque me encantaban de pequeño y quiero que los niños de hoy dispongan de un buen catálogo variado, moderno, cautivador y escrito originalmente en nuestra lengua.
Espero que este manual aportar un granito de arena (¡o varios!) al crecimiento del mundo de los librojuegos, que es maravilloso.
Es algo que ya sabía pero de lo que aún no había tomado plena conciencia: escribo para cambiar el mundo.
Soy un escritor de géneros variados y temáticas diversas. Disperso mis obras en infantil, juvenil, realismo mágico, fantasía o ciencia ficción, entre otros.
Esta amplitud es maravillosa en cuanto a creatividad y diversión. Contar con un abanico de múltiples opciones, que además se dejan hibridar entre sí, hace muy estimulante la escritura.
Sin embargo, es algo muy complicado de gestionar en cuanto a imagen de autor, marca personal y en la promoción o marketing de mis obras. ¿Cuál es mi público objetivo?¿Cómo es mi lector ideal?¿Qué canales y redes sociales son más adecuados para mi perfil de autor?¿Qué imagen debo proyectar para conseguir mejores ventas?
El tipo de lector que puede disfrutar de los pliegues de Naksatrano es el mismo que se divertirá a tope con ¡Supercoche!, que apreciará el concepto de Nigredoo que hará volar su imaginación con el futuro expuesto en El jardín eterno. Todas ellas son obras orientadas, a priori, a perfiles lectores diferentes. Es cierto que una persona puede tener varias personalidades lectoras. Yo mismo disfruto la literatura juvenil, aunque hace mucho que dejé atrás la adolescencia, tanto como otras obras dirigidas a lectores adultos. Pero un catálogo tan dispar no deja de ser complicado a la hora de promocionar. En una librería, cada una de mis obras acabaría en una sección o estantería diferente. En internet, la distancia entre ellas puede ser aún mayor.
Por eso me parece tan interesante haber encontrado la pieza que los unifica, ese factor común que me ayuda a definir y a explicar a los lectores qué es eso que me mueve cuando escribo, sea el género que sea. Y es que escribo para cambiar el mundo. Así de sencillo. Así de ambicioso como objetivo, y a la vez muy humilde en cuanto al trabajo que supone. Quiero contribuir a crear un mundo mejor.
Escribo cuentos infantiles para hacer más felices a los niños. Quiero que los padres lean cuentos a sus hijos, que los peques disfruten de la fantasía. También me gusta que los niños aprendan a ser críticos pero, sobre todo, busco que se diviertan. Pongo especial cuidado en la estructura de los textos infantiles, en las relaciones de causa y consecuencia, en generar planteamientos claros, desarrollos lógicos y finales bien construidos y, siempre, siempre, felices. Los cuentos son diversión, pero también instrumentos con los que explorar la vida real y valiosas herramientas para crear y fortalecer vínculos afectivos con los niños. Un mundo con más cuentos infantiles será un mundo mejor. Estoy convencido de que los niños que han disfrutado de una buena cantidad de cuentos y del tiempo y dedicación que eso supone por parte de los padres son más felices y mejores personas de mayores.
Escribo realismo mágico porque es una manera excelente de generar contrastes y criticar, a través del ingenio, las cosas que no funcionan en nuestra sociedad actual.
Escribo ciencia ficción porque creo que la humanidad puede conseguir un futuro mejor. Me gusta crear historias que pongan en valor la ciencia y la tecnología, que muestren los avances que podríamos conseguir con esfuerzo, dedicación y recursos. Aunque en mis obras no escondo elementos distópicos o advertencias sobre las consecuencias de un uso inadecuado de los avances científico-técnicos, mi tono general es optimista. En ocasiones, me limito a mostrar una posibilidad, un concepto o una tecnología, y se lo entrego al lector para que imagine por sí mismo lo bueno y lo malo de su aplicación. ¿Cómo utilizaríamos avances médicos para la prevención, el diagnóstico, la curación o incluso la mejora artificial de la salud y las capacidades humanas?¿Qué movimientos sociales se generarán en la Tierra cuando nos dispongamos a lanzar una nave tripulada y sin retorno a las estrellas? En obras como Bacterrobot me descubro, además, en toda la amplitud de mi contradicción aprovechando la flexibilidad que ofrece la ficción interactiva.
La ciencia ficción me parece un género rebelde. Suele estar denostada quizá precisamente porque, en muchas ocasiones, la ci-fi habla de cambios, de evolución, de un futuro mejor. Y todo eso es algo que va en contra de los intereses de los que son poderosos, los que no quieren cambiar porque el estado actual de las cosas les beneficia enormemente. No en vano, la ciencia ficción está repleta de subgéneros que llevan el «punk» por apellido. Ciberpunk, Steampunk, Solarpunk… Y el punk asusta a los más acomodados.
Pero para mejorar el mundo no hace falta abanderar revoluciones. Las cosas pequeñas también suman. Un cuento que haga feliz a un niño cambia el mundo, a su escala y a su manera. Un librojuego que ayude a un adolescente a enfrentarse a decisiones complejas también contribuye. Una obra de ciencia ficción que advierta sobre los peligros nucleares juega su papel. Lo que estoy generando parece inmanejable en términos de marketing y eso me genera estrés como escritor que no acaba de apuntar a un nicho de mercado concreto, pero haber encontrado ese factor común me ha traído cierta paz.
En este vídeo os cuento lo principal sobre mi obra de ficción interactiva juvenil Bacter-Robot, editado por Octopus Red, en ocho preguntas. Una por tentáculo.
El pasado sábado 27 de marzo de 2021, el canal de Librojuegos publicó en YouTube la conversación que tuve con su administrador, Juan Pablo Fernández del Río.
Juan Pablo es uno de los mayores expertos en librojuegos del país. Tuve la suerte de conocerle hace unos años, junto con otros compañeros aficionados a la ficción interactiva. Gracias a su labor de difusión, aquellos que disfrutamos con las primeras obras del género en los años ochenta estamos reviviendo, ya de adultos, la magia de los librojuegos.
En la conversación con Juan Pablo repasamos algunos de los títulos y de las colecciones que más nos gustaron de pequeños. Me encantó hablar de Odisea en el Hiperespacio, El desafío de Robin Hood o Superordenador de la mítica colección de Elige tu propia aventura, y también de otras colecciones de nuestra infancia como El reto de las galaxias o La máquina del tiempo.
También, y a modo de entrevista, Juan Pablo quiso comentar algunas de mis obras. En particular, hablamos de ¡Supercoche! y, sobre todo, deBacter-robot. Para mí son dos obras muy especiales porque son a la vez ficción interactiva y ciencia ficción. Espero que todos los aficionados al género, lectores y escritores, disfrutéis de esta entrevista tanto como yo disfruté charlando con Juan Pablo. No puedo dejar de recomendaros el canal de Librojuegos en YouTube y, por supuesto, la propia web de Librojuegos.org donde podréis conocer tanto novedades como clásicos y disfrutar de estos libros tan especiales.
El pasado mes de febrero salió a la venta mi nuevo libro ¡Supercoche!
Es una ficción interactiva, al estilo de los míticos Elige tu propia aventura, editado en la que es sin duda la colección de referencia actual en español en este tipo de libros, Tú decides la aventura de la editorial Hidra.
Escribí ¡Supercoche! entre abril y octubre de 2018. La ideación fue anterior. Hace ya dos o tres años que vengo trabajando en las aventuras de un niño y un coche inteligente, en la relación entre ambos y en lo que puede ofrecer y dar de sí una historia de este tipo. Casi desde el principio, identifiqué el público infantil como el objetivo y el de librojuego -más bien, ficción interactiva explorativa- como el formato más adecuado. El abanico de opciones y posibles aventuras es muy amplio. ¿Qué cosas puede uno hacer con un supercoche? ¡Muchas, desde luego!
Enlacé varios días con buen ritmo de escritura en agosto, pero el mes de septiembre y la primera mitad de octubre fueron muy intensos en mi trabajo y tuve que aparcar temporalmente el supercoche. Aguardó en su garaje, reposó y maduró mientras yo tenía la cabeza y las energías puestas en la oficina. En cuanto pude volver a dedicar algunas horas de las noches y los fines de semana al ¡Supercoche!, pude concluir el manuscrito. Ayudó, desde luego, asistir al kick-off del NaNoWriMo en Madrid y contagiarme de las ganas de escribir del grupo de locos que quisimos juntarnos la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre para hablar de libros y escribir.
No es la primera vez que abordo un libro de estas características. En 1990, de niño, ya escribí una obra interactiva, lo cuento en detalle en este artículo. Ahora la publicación tiene más trascendencia: lo hago con una editorial potente, el libro se puede encontrar en grandes superficies y pequeñas librerías de toda España y se incluye en una colección exitosa. Pero la emoción de haber escrito un libro y sostenerlo en las manos es muy similar a la que sentí de niño 1990 con aquél libro tan sencillo, ejemplar único y artesano.
Mis ejemplares de cortesía de «¡Supercoche!» recién recibidos de la editorial
Volver a sentirse como un niño es genial. Y la lectura de uno de estos libros nos puede transportar a la infancia con más rapidez de la que creemos. Os dejo aquí la sinopsis:
¡EL COCHE MÁS AVANZADO DE LA HISTORIA! ¡Acabas de ganar un concurso! Y vas a ir a recoger tu premio (¿qué será?) a Neuroquantics, una empresa que tiene lo último en tecnología. Allí descubrirás desde una increíblemente avanzada realidad virtual hasta un modelo de coche futurista que va más allá de lo que alcanza la imaginación. ¡Pero al llegar, descubres que Neuroquantics está bajo ataque! Tu habilidad para conducir podría salvar no solo la empresa, sino a todos los que trabajan allí… DE TUS DECISIONES DEPENDE TU DESTINO. EN EL CAMINO QUE ESCOJAS ESTARÁ LA CLAVE PARA SALVAR NEUROQUANTICS O PERMITIR QUE EL ATAQUE LA DESTRUYA.
Un blog merece la pena aunque solo sea por tener un lugar donde hacer balance de cada año y planificar el siguiente, un ejercicio estupendo para los ratos libres que nos ofrece la Navidad.
Mi balance literario de 2018 es bueno y mi gran conclusión es que la escritura no es un oficio tan solitario. Echando la vista atrás, creo que todas las empresas literarias que he acometido este año que termina han contado con el apoyo de otras personas. Por eso, más que lista de logros, me gustaría presentar los siguientes puntos como lista de agradecimientos a las personas que han compartido letras conmigo.
Si en 2017 rompí el cascarón con la publicación de dos libros, Naksatra y Escrito en piedra: Nigredo, en 2018 he sacado a la luz La bruja Maruja y su castillo. He ampliado mi catálogo y, además, lo he hecho con un cuento infantil con el que he disfrutado mucho. El proceso de elaboración ha sido muy especial: lo he creado con mi hijo, lo ha ilustrado y maquetado mi gran amigo Alberto García y todo el proceso lo ha supervisado mi mujer.
He continuado al lado de mis compañeros de Verbo Azul, mi grupo de escritores de referencia al que voy a enchufarme cuando tengo la batería literaria baja y que siempre me entrega energía y ganas de seguir.
He redactado algunos relatos breves y cuentos infantiles.
He visto cómo Ideas para Lucía y Linda Pituitaria, dos de mis cuentos más queridos de Naksatra, han tomado forma de audio gracias al podcast A voz en cuento, creado por José Jesús García Rueda, y han cosechado miles de escuchas.
He disfrutado de presentaciones y actividades literarias como el NaNoWriMo en Libros de Arena, librería vocacional regentada con un cuidado y cariño enormes hacia los libros por José Ángel Fornás.
He contado con la complicidad y el apoyo de la comunidad de Librojuegos.org, unida por un grupo de Whatsapp que ha sabido llenar los enormes espacios de tiempo entre los esporádicos cafés que he podido compartir con alguno de ellos en persona, y que han ayudado a mantener vivo mi interés por la ficción interactiva.
He completado un manuscrito que, si todo va bien, será mi próxima obra publicada, y para cuya redacción han sido muy valiosas las aportaciones de mi sobrino y de mi mujer, incansable lectora cero y correctora.
Tengo mucho que agradecer a muchas personas, tanto en la creación como en el apoyo a los resultados de mi trabajo en escritura: compañeros de trabajo, amigos del barrio, de la Universidad, y tantos otros. Por eso, en mis planes para 2019 no me ha extrañado nada ver que, muchos de ellos, cuentan ya de inicio con la colaboración de otras personas. Aquí van algunos :
Publicar ediciones en francés y en inglés de La bruja Maruja y su castillo.
Crear dos nuevos cuentos infantiles.
Completar la edición de La chistera de Abracadán, obra de teatro infantil.
Y continuar con algunos proyectos interesantes que tengo entre manos pero que aún necesitan definirse un poco más antes de hablar de ellos en este blog.
Gracias a todos los que estáis ahí y me habéis ayudado de alguna manera.