Princesa de voz

El microrrelato Princesa de voz fue escrito en Chinchón (Madrid) el 28 de septiembre de 2019. Habíamos llegado esa misma mañana y, tras una buena comida y el descanso posterior, aprovechamos la tarde para visitar la Iglesia de Nuestra señora de la Asunción y pasar un rato admirando las vistas de la Plaza Mayor, del castillo y de todo el pueblo desde la Plaza del Galaz. Allí se ubica la famosa Torre del Reloj de Chinchón. Allí capturé una piedra y la convertí en ficción.

Princesa de voz

Había una torre sin iglesia que encerraba una princesa. La princesa era solo voz de campana. Atrapada, vino el trueno a rescatarla y juntos jugaron a ser otros.

Sí, habían sonado realmente las campanadas en la torre, y también el estruendo de un petardo que vino a coincidir con la última campanada. Aquellos eventos acústicos me llevaron a escribir este microrrelato. Hacía mucho tiempo que no creaba un nuevo texto sobre piedra y me sentí bien. Sobre los pliegues y las derivaciones de este microcuento quizá toque hablar en otra ocasión.

Si pasas por Chinchón, no puedes perderte la preciosa vista del pueblo que se tiene desde la plaza de la torre del reloj. Si, después de un rato maravillándote con ello, quieres buscar por el suelo o los alcorques, quizá suenen nuevas campanadas.

Escritor efímero

El 1 de mayo de 2018 visité con mi familia el famoso Huerto del Cura de Elche, un precioso jardín con una colección más que notable de palmeras, cactus y otras especies vegetales.

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Una de las panorámicas que ofrece el Huerto del Cura, con estanque, palmeras y cactus

Encontré los carteles que todo visitante espera y aprecia en un jardín botánico, con información sobre cada tipo de planta expuesta: especie, origen y otros datos. Pero me sorprendió otro tipo de carteles. Una placa en particular otorgaba a una de las palmeras el nombre de Wenceslao Fernández Flórez. Reconocí al escritor, ese de quien tuve un libro en las estanterías de mi niñez, que quizá siga en casa de mis padres. Me pareció precioso el homenaje, que un escritor pueda tener una palmera. Más aún, pensé que, por qué no, un escritor puede convertirse en árbol: a fin de cuentas, si el árbol luego se hace papel puede completar un curioso ciclo.

No esperaba encontrarme con aquello en el Huerto del Cura, pero la casualidad no me cogió tampoco desprevenido: llevaba conmigo mi rotulador indeleble. Tomé una de las numerosas piedras blancas y redondeadas que adornaban el jardín, plasmé mis sensaciones en un cuento brevísimo y devolví la piedra, hecha ya literatura, al punto exacto de donde la tomé.

 

Escritor efímero

Hay dos tipos de escritores: los que se convierten en piedra y los que serán árbol. Yo seré aire.

 

Esa misma tarde investigué un poco más. Descubrí la deliciosa tradición del Huerto del Cura de homenajear personalidades y obsequiarles con una palmera . También conseguí navegar hasta una fotografía del homenaje realizado a Wenceslao Fernández Flórez en diciembre de 1928.

Fotografía original de época, con Wenceslao, gabardinas, sombreros y el característico color sepia de las imágenes de entonces

 

El viaje del escritor efímero

Como otras piedras que he dejado en Málaga (Atavia), en Calpe (Eclosión) o en la localidad suiza de Thalwil (El árbol y las hojas), espero que este Escritor efímero experimente un viaje. Sin embargo, me gustaría que su viaje se centrara en las experiencias de las personas que se encuentren con ella, en su imaginación, y que la piedra permanezca en su lugar como un atractivo más del Huerto del Cura. No es sencillo, entre toda la extensión del jardín, dar con ella, así que imagino que será un juego divertido buscarla y una alegría encontrarla, cogerla para leerla de cerca, quizá hacerse una foto con ella, sopesarla y volverla a dejar en el mismo sitio.

 

 

Nigredo en Fábula

Sigo «de gira» con Nigredo. El próximo viernes 17 de noviembre de 2017 a las 19:30 horas lo presentaré en la Librería Fábula de Alcorcón, acompañado por Juan Miguel Lorite.

Alcorcón es mi cuna literaria. En esta ciudad aprendí a leer y a escribir; aquí puse en marcha mis primeras ficciones, recibí mis primeras clases de creación literaria, obtuve mis primeros premios y fui arropado por el ambiente cultural de su Universidad Popular y por los compañeros escritores de Verbo Azul. Después de presentar Nigredo en Madrid el pasado día 24, tenía pendiente hacerlo en mi querido Alcorcón.

El lugar es inmejorable: la librería Fábula, y más ahora que acaba de inaugurar el espacio del atelier con cabida para cursos de creación literaria, de pintura y, por supuesto, para presentaciones de libros. Es una librería con encanto, de esas que permiten plantarse delante de los estantes y repasarlos despacio. Al frente de Fábula está Ricardo, con quien tuve la ocasión de compartir clases de creación literaria hace ya más años de los que me gustaría confesar. Además de anfitrión, es compañero de letras. ¿Qué más puedo pedir?

La presentación del pasado 24 de octubre en Madrid transcurrió en un evento compartido con otros autores y con los tiempos muy pautados. Juan Miguel y yo repasamos el proceso creativo de Nigredo y solo pudimos comentar algún detalle adicional. En esta ocasión, la presentación en Fábula es dedicada en exclusiva y, aunque no tenemos pensado demorarla más allá del tiempo imprescindible, sí que podremos plantear mayor debate y preparar alguna sorpresa adicional que no pudimos mostrar en la anterior ocasión.

Espero que nos veamos y poder dedicarte un ejemplar.

Una caja de libros

Un momento muy especial para un escritor es aquel en el que llega a casa una caja con los ejemplares de un nuevo libro. El 9 de octubre recibí los ejemplares de Nigredo, el recopilatorio de microrrelatos escritos en piedra en el que llevo trabajando desde agosto del año pasado.

Me encantó el resultado, el color y el brillo de las hojas, los acabados, el tacto y el conjunto tan agradable de sostener en las manos y hojear. Es un libro singular, artístico y literario, un capricho que nos ha llevado muchas horas de trabajo tanto a Juan Miguel en la labor de diseño y edición como a mí en la creación del contenido.

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Aquí está Nigredo, mi primera incursión en la escritura en piedra, repleta de microcuentos oscuros acechando entre sus páginas. Lo presentaremos el próximo 24 de octubre en la librería Estudio en Escarlata de Madrid, en el marco de la Semana Gótica de Madrid, y seguramente lo siga moviendo en otros lugares donde ya se han interesado por él.

Atavia

Escribí Atavia cerca del mar y de noche, en la ciudad de Málaga, en un punto entre la estación de tren María Zambrano y el río Guadalmedina, cercano ya de desembocar.

Estaba en Málaga no por ocio, sino por trabajo. Había llegado esa misma tarde. Después de cenar, di un paseo y leí los últimos mensajes del grupo WhatsApp que comparto con mis amigos escritores de Verbo Azul. Un poema de mi amigo Juan José Alcolea me hizo más consciente de la noche, y la mezcla de mar y noche me llevó a imaginar una ficción.

Tomé una piedra adecuada, escribí el cuento y la dejé en el mismo sitio donde la había encontrado, en la calle y a la luz de una farola. Yo solo me llevé una fotografía. Aquí tenéis piedra y texto.

 

Atavia

Atavia era hija de la Noche y del Mar. Huía de las farolas y contaba historias a los noctámbulos.

 

El viaje de Atavia, en mapas

Primera etapa

Segunda etapa

De momento, no tenemos noticia de que Atavia haya cambiado de ubicación.

 

Las ondas

La fragilidad de las personas ante los elementos y la fiereza de la naturaleza es terrible. Aunque nos envolvamos en caparazones y construyamos seguridades, algunas materiales y otras ficticias para engañar a nuestra mente, estaremos siempre expuestos y en peligro ante la inmensidad de lo que nos rodea.

La Noche y el Mar se confunden al mirar al horizonte. Sabemos que están ahí, pero si no hay Luna para dibujar un camino en la superficie del agua, no sabremos en qué punto ubicar el horizonte, la separación entre uno y otro. Me gustó la idea de que Mar y Noche se mezclaran realmente, que se abrazaran y se unieran. Atavia nació de esta idea, de esta unión, y viene para recordarnos que en realidad siempre vivimos a la intemperie. Nos lo recuerda en ciertos momentos, por eso huye de la luz de las farolas y de los artificios que hemos construido para simular seguridad. Nunca se muestra, es invisible, solo voz, una voz íntima que podría confundirse con la conciencia.

Todo este hilo de pensamiento es el que me llevó a elaborar el microcuento. El poema de Juanjo inició la cadena de pensamientos y los fui a plasmar en unas pocas palabras indelebles sobre piedra. Pero las ideas quedaron rondando y aún me asaltan. Quizás Atavia aparezca de nuevo, quizá juegue a imaginarla en otras ficciones y la fuerce a revelar su verdadera naturaleza. De momento, es solo un jirón agradable en lo que pensar para coger el sueño, protegido por una débil sábana.

Escrito en piedra en la Semana Gótica de Madrid

El próximo 24 de octubre presentaré Nigredo: escrito en piedra en la librería Estudio en Escarlata. La actividad se enmarca en la Semana Gótica de Madrid 2017, y su formato es algo fuera de lo común. En primer lugar, somos cuatro autores que hablaremos de nuestras obras en lugar de la clásica presentación individual. Pero lo más interesante es que nos enfocaremos en el proceso creativo, en cómo se ha hecho la obra, las anécdotas y, en definitiva, todo aquello que aporta originalidad.

Nigredo es un libro, pero también una colección de piedras, un recopilatorio de microrrelatos o una exposición de fotografía. No se me ocurre un tipo de presentación más apropiada para Nigredo que la que se ha planteado para este evento. Además, la temática de lo inquietante, lo fabuloso, lo maldito y lo terrorífico de Nigredo encaja como un guante con la temática de la Semana Gótica de Madrid.

Además de los artífices de las otras tres obras que se presentarán el día 24, me acompañará Juan Miguel Lorite, amigo y diseñador editorial que ha sido pieza clave para construir, a partir de un conjunto amontonado de piedras y cuentos, el Escrito en piedra del que estoy tan orgulloso.

 

 

Eclosión

El microrrelato escrito en piedra Eclosión fue creado en la cala El Racó de Calpe (Alicante, España) el 5 de agosto de 2017.

Dejé la piedra, con su cuento caligrafiado a mano, en aquel mismo lugar. Es probable que aún siga ahí, o puede que la naturaleza o el hombre la hayan llevado a otro lugar. Si encuentras a Eclosión o tienes noticias suyas, por favor cuéntanos lo que sepas en los comentarios a esta entrada: cuándo la viste, dónde, qué sentiste al encontrarla, si tiene buen aspecto, si se le está borrando el texto… cualquier cosa. Si tienes la oportunidad de fotografiarla, te agradecería que enviaras la imagen para compartirla aquí y hacer un álbum histórico.

A continuación, incluyo la fotografía tomada el propio 5 de agosto de 2017 de la piedra Eclosión tal y como la dejé al marcharme, y la transcripción del microrrelato para quien no entienda mi letra manuscrita.

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Eclosión

–¿Has visto alguna vez eclosionar un asteroide? Dicen que de ahí nace un dragón.

Siguió pegado al telescopio.

 

El viaje de Eclosión, en mapas

Primera etapa

Calpe (Alicante, España), 5 de agosto de 2017

Peñón de Ifach, cala El Racó, entre el puerto deportivo y el Paseo Ecológico Príncipe de Asturias.

Segunda etapa

De momento, no tenemos noticia de que Eclosión haya cambiado de ubicación

 

Las ondas

Arrebatar el anonimato a una piedra mediante un microrrelato y lanzarla de nuevo a la intemperie genera ondas de pensamiento.

Durante mi (corta) estancia en Calpe en el verano de 2017, fui más consciente de la existencia de la Luna de lo que lo soy normalmente. En general, las vacaciones y el calor del verano nos sitúan más en la noche y en la relajación para mirar al cielo, nos da la oportunidad de recordarnos dónde estamos. En algún momento, imaginé que la Luna era en realidad un huevo, ¿y qué podría nacer de su interior? Sin duda algo enorme, legendario, poderoso y mágico. Algo como un dragón. Aquella idea era potente y, sin embargo, me parecía triste. La Luna es única y singular, y me apenan profundamente las historias basadas en temas como el último de los dragones o el final de la magia. Por eso quise que hubiera muchos más de estos huevos y pensé en los asteroides, suficientemente numerosos como para crear grandes ejércitos de dragones y superar esa miseria que a veces nos ofrece la fantasía con sus seres mágicos en extinción.

Todas estas ideas me rondaban cuando me enfrenté a la piedra en blanco, la mañana del 5 de agosto. Había salido a andar muy temprano, quería recorrer a buen ritmo el paseo marítimo y los alrededores del poderoso peñón de Ifach. Salí con mi rotulador indeleble en el bolsillo porque sabía que tendría que usarlo. En la cala el Racó, elegí una piedra y me senté allí mismo. Imaginé que la fantasía de los asteroides-huevo fuera real. En algún momento tendrían que eclosionar, y quién mejor que unos astrónomos para observar el suceso.

Así nació el microrrelato Eclosión. Espero que sus ondas activen otras imaginaciones, que generen otras ficciones futuras, tuyas, mías o de cualquier persona que quiera escribirlas.

El árbol y las hojas

El microrrelato escrito en piedra El árbol y las hojas fue creado en un parque cercano a la iglesia evangelista de Thalwil (Suiza) el 23 de julio de 2017.

Dejé la piedra, con su cuento caligrafiado a mano, en aquel mismo lugar. Es probable que aún siga ahí, o puede que la naturaleza o el hombre la hayan llevado a otro lugar. Si encuentras a El árbol y las hojas o tienes noticias suyas, por favor cuéntanos lo que sepas en los comentarios a esta entrada: cuándo la viste, dónde, qué sentiste al encontrarla, si tiene buen aspecto, si se le está borrando el texto… cualquier cosa. Si tienes la oportunidad de fotografiarla, te agradecería que enviaras la imagen para compartirla aquí y hacer un álbum histórico.

A continuación, incluyo la fotografía tomada el propio 23 de julio de 2017 de la piedra El árbol y las hojas tal y como la dejé al marcharme, y la transcripción del microrrelato para quien no entienda mi letra manuscrita.

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El árbol y las hojas

El árbol daba sombra al banco a cambio de lectura.

 

El viaje de El árbol y las hojas, en mapas

Primera etapa

Thalwil (Suiza), 23 de julio de 2017

Parque en la calleAlte Landstrasse, en las inmediaciones de la iglesia evangelista de esta localidad.

Segunda etapa

De momento, no tenemos noticia de que El árbol y las hojas haya cambiado de ubicación

 

Las ondas

Arrebatar el anonimato a una piedra mediante un microrrelato y lanzarla de nuevo a la intemperie genera ondas de pensamiento.

Pasé con mi familia unos días de vacaciones en Suiza. Nos alojamos en casa de unos amigos en la localidad de Thalwil, cerca de Zurich. Pasamos algunos ratos en este parque, y me fijé sin remedio en el banco y en el enorme árbol que se erguía a su lado. Me pareció un lugar estupendo donde sentarse a leer un buen libro. Imaginé una relación de simbiosis entre un lector y el árbol, uno recibe una sombra generosa y el otro se asoma a la lectura. También pensé en las diferentes formas de madera: con vida en el tronco del árbol, transformada en un cómodo banco donde sentarse y finalmente hecha papel de un libro. Pero el concepto de árbol lector me gustó más y redacté un texto que, más que un cuento, es una instantánea de la idea. No estoy contento con este micro, no es del todo redondo, le falta ese «clic» que indica que ha encajado todo bien. Es muy probable que lo retome y le dé más desarrollo.