Odín, Thor y Loki en «Odd y los gigantes de escarcha», de Neil Gaiman

Hoy traigo la reseña de un relato delicioso, fantasía dirigida a niños, jóvenes y a cualquier persona que disfrute de la mitología nórdica. Y es que leer mitología es como beber agua directamente de la fuente, formando un cuenco con las manos. Sin tuberías, sin grifos, garrafas, botellas, jarras o vasos. Porque, a veces, beber de la fuente original sabe mejor.

No negaré, sin embargo, que Odd y los gigantes de escarcha es mitología tratada convenientemente para garantizar que su consumo sea seguro para los lectores actuales. Pero sigue siendo agua fresca (¡fresquísima!) recién traída de la fuente. Y de la mano, nada menos, que de Neil Gaiman.

Como de costumbre, esta reseña es inofensiva en tanto que no tiene destripes (o spoilers para los que gusten del término inglés), pero si queréis que dialoguemos sobre ella, nos vemos en los comentarios, ahí sí, sin filtros ni cautelas.

Título: Odd y los gigantes de escarcha
Autor: Neil Gaiman

Ilustrador: Chris Riddell
Editorial SM, año 2017
129 páginas

Descubrimiento

Este libro lo compré como regalo para mi sobrino hace ya unos cuantos años y, si no recuerdo mal, en una librería de Benidorm. Me cautivó la estética, con esas ilustraciones en blanco y negro de Chris Riddell, y esa cubierta recortada que imitaba la abertura de una cueva por la que se asoma el ojo de un gigante. Siendo el texto de Neil Gaiman, pensé que sería un valor seguro y quedó comprado y envuelto en un periquete.

Este verano coincidí unos días con mis sobrinos en casa de mis padres. Y habían traído Odd y los gigantes de escarcha como parte del equipaje. Porque todos sabemos que en verano es imprescindible viajar con algún libro. Era ahora el turno de mi sobrina pequeña. Heredaba así esta lectura y podía disfrutar de las aventuras de Odd y de las fantásticas ilustraciones del libro, todo apropiado para una edad a partir de 8 o 10 años. Ojo, que digo «a partir de» equis años pero no digo «hasta» equis años. Así que, por supuesto, también quise leerlo yo.

Sinopsis (según la editorial)

Odd significa “punta de espada” y era un nombre que daba buena suerte.
En lo más crudo del invierno interminable, Odd siente que no tiene suerte: para correr sus propias aventuras, solo dispone de un hacha, único recuerdo de su padre vikingo, y una pierna destrozada.

Una oscura mañana, Odd se pone la ropa que más le abriga, roba un lomo de salmón y, con su hacha y su muleta, parte hacia la nieve.

Le espera una apasionante, gélida y mágica aventura escrita por Neil Gaiman, ganador de la Medalla Newbery, con las deslumbrantes ilustraciones del multipremiado Chris Riddell.

Mi lectura

Leer con vistas al Valle del Jerte siempre mejora la experiencia. Más aún si el libro quiere conectar con escenarios naturales y épocas antiguas. Dejarse mecer por esta historia, a sabiendas de que no sería exigente pero sí mágica, fue un placer.

Se trata de un cuento de tipo iniciático que coquetea con la mitología y la fábula, conectando al instante con ese imaginario maravilloso que todos tenemos instalado de serie. Narra la historia de Odd, un niño que habita un antiguo poblado situado en el Midgard o el mundo corriente de los hombres, según la mitología nórdica. Y, si digo Midgard, seguro que ya has deducido que las aventuras de Odd lo conducirán a Asgard, el mundo de los dioses donde habitan los míticos Thor, Odín o Loki.

La historia es lo suficientemente breve como para no abundar en más detalles. Es un cuento mágico bien escrito, que bien podría aceptar una buena adaptación cinematográfica (o, mejor, de animación), que funciona como historia, no le sobra nada e incluso redondea la evolución del protagonista, Odd.

Pero hay algo más. Algo que Neil Gaiman nos ofrece casi de tapadillo pero que, para mí, encierra la genialidad de este relato. Son apenas dos pinceladas que seguro que muchos lectores y fans de la mitología nórdica agradecen, y que a mí como escritor dedicado a inventar historias me ha encantado. Ahí van (no cito literal, sino como las recuerdo):

Pincelada genial número uno: Odd encuentra a Odín, Thor y Loki. En un momento dado, estos tres personajes explican su naturaleza. Odín es el dios principal, de la sabiduría. Thor es el dios del trueno. ¿Y Loki? Creo que es el propio Odín quien intenta explicar quién es Loki y termina por decir algo así como «Bueno, Loki es el que hace que las cosas sean interesantes». Y esta definición encaja tan bien con la naturaleza de ese personaje, y con cómo se explota en los contenidos actuales que se basan en la mitología nórdica, que no queda otra que darle la razón al señor Neil Gaiman.

Pincelada genial número dos: en un momento dado, alguien dice algo así como que «los dioses son así, no aprenden, no cambian». Y es otra genialidad, porque explica en una frase la inmutabilidad de los dioses como personajes. Por eso es difícil convertir a los dioses en protagonistas de nada y hacen falta personajes como Odd. El joven Odd aprende, evoluciona, cambia y completa su arco de personaje: al final del cuento, es alguien diferente, alguien que ha completado un ciclo. Pero Odín seguirá siendo el mismo dios de la sabiduría, con el mismo poder de siempre y el líder de Asgard; Thor seguirá el mismo dios del trueno con su martillo Mjolnir, fuerte y belicoso; y Loki seguirá siendo el que urde engaños, el que hace que las cosas sean interesantes. Los dioses de la mitología nórdica son así, no tienen un final o una evolución, y podrían aparecer una y otra vez en distintas historias que los reconoceríamos al instante por sus habilidades, sus intenciones y su manera de comportarse.

¿Te lo recomiendo?

Sí, te recomiendo leer Odd y los gigantes de escarcha de Neil Gaiman. Y te recomiendo también que lo dejes cerca de los niños: sus cubiertas y dibujos los atraerán a una buena lectura.
Si eres adulto, abórdalo como si fuera un cuento de hadas, sin mayores expectativas que eso. No esperes que Loki, Odín o Thor realicen grandes hazañas, porque aquí el protagonista es Odd, es su historia, su cuento.

Y si eres bookstagrammer, la versión en tapa dura es genial, de verdad, para enseñar en vídeo a tus seguidores asomándote entre las estalagmitas como si fueras el mismísimo gigante de escarcha. Las ilustraciones del interior son también una pasada.

Enlaces para saber más:

Sobre el autor: https://neilgaiman.com/

El libro (como no es de una editorial pequeña, permíteme la libertad de poner un enlace de afiliados de Amazon): https://amzn.to/4lYXN4R

Un programa podcast que te enseñará cosas MUY CHULAS sobre la mitología nórdica: https://www.ivoox.com/verne-wells-ciencia-ficcion-mitologia-iii-parte-audios-mp3_rf_134536256_1.html

Te leo en los comentarios. Y si quieres leerme tú a mí, te regalo un ebook aquí.

El mercader de Venus, nueva época

Este año 2025 vuelve El mercader de Venus, y lo hace con aires renovados.

Abandona su antiguo formato de antologías de relatos para transformarse en una revista al más puro estilo pulp. Aunque con muy buenas calidades en la cubierta y el papel, todo hay que decirlo.

Además, amplía su rango temático para incorporar, junto a la ciencia ficción que ya contemplaba anteriormente, el terror y la fantasía.

Esto es una buena noticia. En España no abundan las revistas de literatura de género y contar con esta referencia es algo que celebrar. Además, en adelante lanzará convocatorias abiertas a escritoras y escritores, lo que es garantía de variedad y originalidad.

He tenido el privilegio de publicar relatos en los cuatro primeros números de la primer época de El mercader de Venus y, en esta nueva etapa, también participo. Y eso me encanta.

Mi cliente era Inox-7000, con número de serie 9798546041519. Se trataba de un cuchillo de cocina profesional de acero inoxidable forjado, mango de micarta con tres remaches y unos espléndidos veinte centímetros de hoja.
Estaba acusado de asesinato.

Así comienza Inox-7000, el relato con el que contribuyo a este número 5 de El mercader de Venus, el primero de esta nueva época. Es un relato policíaco y de ciencia ficción, con humor y también con un puntito de acidez. He buscado esa doble lectura que tanto me gusta en relato corto, que permite tanto una lectura entretenida y ligera como una reflexión más profunda.

Porque, ¿qué te parece que un cuchillo sea acusado de asesinato?

Si quieres saber más sobre la revista, te lo cuente directamente el editor en esta entrevista en Instagram con todos los detalles. Bueno, te lo contarán el editor, Francisco Tapia-Fuentes, pero también Nuria Chicote, la anfitriona y conductora de la entrevista, y yo mismo, que me colé en la fiesta como autor.

Si quieres descubrir la historia de Inox-7000 y descubrir los otros textos maravillosos que lo acompañan en la nueva entrega de El mercader de Venus, te invito a que te hagas con tu ejemplar aquí:

Suscríbete a mi canal más personal y llévate un ebook de regalo.

Cumplecuento 2025: «El objeto Gilaed»

Hoy quiero regalarte un relato muy especial.

Porque es 23 de marzo. Mi cumpleaños. Y, por lo tanto, el día del cumplecuento.

Este año te traigo El objeto Gilaed.

Es un cuento que desarrolla el concepto de radioarqueología y que, además de su envoltorio de ciencia ficción, tiene un corazón de historia de amor.

He tenido el privilegio de verlo publicado en el segundo número de la serie de libros de ciencia ficción El mercader de Venus, de la mano de la genial editorial Con Pluma y Píxel.

Me consta que es uno de los favoritos de mis lectores. Es probable que ya lo conozcas, o que te acerques por primera vez a este relato. Sea como sea, espero que lo disfrutes.

¡Aquí lo tienes! Puedes leerlo directamente en pantalla o descargarte el PDF pinchando un poco más abajo.

El objeto Gilaed, junto con otros relatos cortos de ciencia ficción, forma parte de la antología Futurantis, que regalo nada más que por suscribirte a mi newsletter en Substack.

¡Gracias por leer!

El templo de los grillos

Hoy os traigo mi lectura seleccionada del mes de marzo de 2024.

Se trata de un relato.

Ya sabéis que soy un defensor de los formatos breves en literatura. Me encanta la capacidad de los cuentos para innovar, sorprender y ofrecer una experiencia de lectura completa en un intervalo concentrado de tiempo.

También me encanta escuchar historias. Que me cuenten un cuento.

El templo de los grillos, de Nuria Chicote, me ha regalado una de estas experiencias que tanto me gustan.

Se trata de un relato publicado en el podcast Ciencia espeluznante de Principa. Antes que ficción sonora fue publicación en texto en la versión impresa, en el número 18 de Principia Magazine. Pero yo he accedido directamente a la versión en audio.

Y me ha encantado.

Cuenta la historia de una arqueóloga que, siguiendo los pasos del explorador británico Lord Mowbray, busca el templo de Tso-Dre Lha-Khang oculto en algún lugar perdido de Nepal con el objetivo de desentrañar los misterios de una técnica de momificación ancestral.

Sí, tengo costumbre de escuchar audiolibros largos. El templo de los grillos reúne, como relato, algunos atractivos adicionales que lo han aupado a mi lectura seleccionada del mes.

Sobre todo, es una estupenda narración. Un relato de los de verdad, con intriga, con buena ambientación y con escenas llenas de imágenes potentes. Con gancho. Es de esos relatos que te lleva directamente a un terreno de aventuras donde pueden ocurrir cosas fascinantes, a ese lugar donde habitan las historias genuinas, que tanto gusta visitar desde la seguridad de un sillón en el interior de un hogar porque, quizá, nos impresione demasiado y necesitemos recordar que tan solo estábamos leyendo.

Además, insisto, eso de escuchar una historia completa, de principio a fin, en poco más de veinte minutos de locución es absolutamente mágico. La novela es la reina de la literatura hoy en día, pero las narraciones breves tienen su sortilegio especial, ese pulso atávico que poseen las historias antiguas.

La producción es buena. El equipo de Principia ha hecho un estupendo trabajo con la ambientación sonora. Y la propia autora, Nuria, nos lo narra. Nos cuenta su relato al oído. ¿Qué más se puede pedir?

Junto a la recomendación, eso sí, quiero dejar una advertencia. El relato no se enmarca por casualidad en un podcast de ciencia espeluznante. Es muy probable que te haga estremecer.

Yo ya te he advertido. Ahora te toca a ti decidir si te aventuras a penetrar en el templo de Tso-Dre Lha-Khang.

Cumplecuento 2024: «Linda Pituitaria»

23 de marzo. Mi cumpleaños.

Igual que los años anteriores, quiero agradecer todas las felicitaciones que me estáis haciendo llegar enviándoos un cuento.

Para este año, he elegido Linda Pituitaria.

Es para mí un cuento muy especial. Lo escribí en 2001, muy joven, y fue publicado en la colección Cuadernillos de Alcorcón que editaba la asociación Verbo Azul.

Verbo Azul fue el primer sitio donde me llamaron escritor de forma abierta. Imaginaos lo importante que entonces fue esto para mí, cuando era un veinteañero con muchas ganas y miles de sueños. En este 2024, la asociación cumple 25 años y, entre otras cosas, retoma la colección Cuadernillos de Alcorcón que tan importante fue para muchos durante aquellos primeros años de Verbo Azul. Por eso, el cumplecuento que os traigo hoy quiere ser también un pequeño homenaje a los Cuadernillos de Alcorcón y a toda la maravilla que trajeron consigo, y a la que seguro que traerán en esta nueva etapa.

Linda Pituitaria es, además, un relato de realismo mágico plagado de recursos literarios que aún hoy me parece muy representativo de lo que soy como escritor.

Y es una historia de amor.

Confieso que me encanta releerlo de vez en cuando. Espero que, si todavía no lo conocías, lo disfrutes también.

¡Aquí lo tienes! Puedes leerlo directamente en pantalla o descargarte el PDF pinchando un poco más abajo.

Para la portada, he reutilizado la ilustración original que mi amigo Alberto García Gómez dibujó para la ocasión y que me sigue pareciendo fantástica.

Si te ha gustado la lectura de Linda Pituitaria, no te puedes perder Naksatra, una antología de realismo mágico donde puedes encontrar decenas de cuentos maravillosos.

¡Gracias por leer!

Peter Fechter y «Estrella blanca, estrella roja»

Hay muchos sucesos pasados que ignoro y que, cuando los descubro, me golpean con tanta vigencia como si fueran noticia.

Hace un tiempo me interesé por Nino Bravo, ese cantante de voz poderosa, vídeos en blanco y negro y del que todos -al menos todos los de mi edad- sabemos de memoria algunos estribillos.

Descubrí que la famosa canción Libre se suele atribuir a la historia real de Peter Fechter.

Peter Fechter

Peter fue asesinado en 1962 al intentar cruzar el muro de Berlín. Tenía solo dieciocho años. Fue tiroteado por la Deutsche Grenzpolizei, los militares encargados de vigilar la frontera entre las dos Alemanias. El joven se desangró durante una hora, sin ayuda, delante de decenas de testigos.

Dieciocho años. Un niño.

Yo a los dieciocho años no tenía la misma conciencia del riesgo que tengo ahora. De alguna manera, niños y adolescentes se sienten inmortales. Pero no lo son. Viven muy intensamente y su capacidad de disfrutar es tan enorme como su capacidad para sufrir.

Quizá desde que soy padre me he vuelto más sensible. Cuando leí la historia de Peter Fechter y su trágico final, me afectó de verdad. Sí, un suceso viejo, ya reivindicado y homenajeado, una herida cicatrizada, pero me golpeó con toda la contundencia del presente. Sentí una tristeza enorme y una rabia tremenda. Aquella injusticia, aquella atrocidad, no podía quedar así. Y me daba igual que el muro ya hubiera caído en 1989. Tuve unas ganas enormes de emprenderla a martillazos con una almaina contra aquel muro, como si derrumbarlo físicamente me ayudara a pasar el trago.

Pero no queda ya muro que derribar. Y no tengo una almaina a mano. Tengo, eso sí, papel, bolígrafo y un teclado. Porque soy escritor.

Así creé, como mi homenaje particular, el personaje protagonista de mi relato Estrella blanca, estrella roja, Peter Janos. Lo ubiqué en la ciudad ficticia de Fehresvoros, unión de dos antiguas ciudades enemigas y atravesada por un río, como un trasunto steampunk de Berlín o de cualquier otra ciudad herida tras una guerra. Utilicé palabras en húngaro para poblar el relato de nombres con aire a Europa central y del Este. Y, sobre todo, quise que explotara todo. Sí, quise utilizar el relato como canal en el que detonar toda la rabia que me había provocado la triste historia del otro Peter, del real, de la víctima Peter Fechter.

Por supuesto, mi versión de escritor racional acudió después para construir la historia de Estrella blanca, estrella roja desde una posición, digamos, más profesional y coherente. Importaba también la escaleta de la historia, el estilo, el ritmo, la ambientación, y no solo la víscera pura.

Añadí elementos románticos, sal y pimienta de mi despensa de experiencias lectoras y que cogí de la balda dedicada a La mecánica del corazón de Mathias Malzieu o de La brújula dorada de Philip Pullman, o de mis referencias audiovisuales como Avatar, la leyenda de Korra.

Uno de los ingenios steampunk de Avatar, la leyenda de Korra

Apliqué técnica y oficio para el desarrollo de la trama y, sobre todo, quise escribir un relato que le gustar a mi mujer.

Pero la fuerza inicial seguía ahí. La ciudad partida en dos que se lleva almas por su cicatriz.

Creo que no se puede escribir sin un impulso inicial de rabia, amor, tristeza, esperanza o de alguna emoción primaria. Luego viene todo lo demás y, sí, entra en juego el escritor profesional, práctico, capaz de crear una historia con los elementos que tiene encima de la mesa y a base de constancia. Ahí ya no hay musa ni rabia y el trabajo es eso, trabajo, nada de inspiración romántica.

Pero hubo una pulsión inicial. Una fuerza que hizo a la historia nacer. La historia de Peter Fechter que conocí gracias a Nino Bravo y a su grandiosa forma de cantar Libre.

El erizo Pinchete

Los erizos son unos de esos animales que tienen un magnetismo especial para los niños. Igual que los elefantes o los pandas, gustan mucho.

Por supuesto, los animales en la realidad son muy diferentes.

Lo que más me llamó la atención la primera vez que sostuve un erizo fue su alta densidad. Pesaba más de lo que, por su tamaño, había calculado.

También me sorprendió lo aferradas que están las púas a su cuerpo y la flexibilidad de su hocico.

Fue durante unas vacaciones de verano. El vecino de al lado nos lo ofreció en bandeja, literalmente, sobre un periódico, para que pudiéramos cogerlo sin pincharnos. En realidad, el vecino consideraba que la presencia de un erizo era muy positiva, pero volvía loco al perro de un familiar que pasaba con él unos días y nos pidió que lo tuviéramos en nuestro jardín.

Lo aceptamos y, tras examinarlo de cerca un momento, lo dejamos libre, ya en el terreno a nuestro lado de la valla, lejos de la curiosidad y la amenaza del perro.

El animal se perdió de vista. Creo que tan solo lo volví a ver una vez más. Sus hábitos nocturnos y su aspecto tan discreto lo hacían muy difícil de detectar. Quiero pensar que aquel erizo ganó en calidad de vida y que su nivel de estrés se rebajó.

Por supuesto, a mi hijo le encantó la experiencia. Casi inmediatamente, habíamos creado a Pinchete como personaje de ficción, un trasunto del erizo real al que ya no contábamos con volver a ver.

El personaje, Pinchete, tuvo pronto su cuento, sus propias aventuras inventadas en un bosque. Entre mi hijo, mi mujer y yo dimos forma a la trama como cuento infantil, comprobamos que funcionaba como narración, refinamos la historia y la ilustramos.

Hoy, El erizo Pinchete sale de la madriguera es una realidad. Me encanta ofrecer este nuevo cuento, un álbum infantil ilustrado, y sumarlo a nuestro concepto de libros infantiles de la Colección Letra Ligada que cuenta ya con un título anterior: Zodiana, la estrella viajera.

Se trata de una fábula con erizos y otros animales del bosque. Está ilustrado en acuarela y, en conjunto, funciona como un cuento divertido, atemporal y de una narrativa sencilla y lógica adecuada para los más pequeños.

Mantenemos la filosofía de cuentos cortos para niños en su etapa de pensamiento mágico (desde los cero a los siete u ocho años), pensados tanto para que los padres lo cuenten o, si comienzan con sus primeras lecturas autónomas, que los peques puedan leerlo con la tipografía de letra ligada que se usa en las escuelas, el formato cuadrado que facilita su manejo y las ilustraciones a todo color.

¡Esperamos que Pinchete haga pasar muchos buenos ratos a los más pequeños!

Cumplecuento 2023: «Dieciséis pulsaciones»

Hoy, 23 de marzo, quiero celebrar mi cumpleaños haciendo llegar a todas las personas que me felicitáis un pequeño detalle: un nuevo cuento original.

Sigo así la tradición del Cumplecuento que comencé en 2021 y que espero disfrutes.

En esta ocasión, te propongo la lectura de «Dieciséis pulsaciones», un relato totalmente nuevo que leerás en tan solo diez o quince minutitos… más el tiempo que quieras seguir pensando en él. No te adelanto nada más, prefiero que el cuento hable por sí mismo, confío en que la historia te haga disfrutar.

¡Aquí lo tienes! Puedes leerlo directamente en pantalla o descargarte el PDF pinchando un poco más abajo.

¡Gracias por leer!

Zamagesti y las ciudades inteligentes

Lanzo un nuevo libro, de nuevo dentro de la colección Mil Oniros Ciencia Ficción. Por lo tanto, se trata de un relato de unas 10.000 palabras (alrededor de 50 páginas), independiente y autocunclusivo. Estará disponible a la venta a partir de las Dracónidas, el 8 de octubre de 2022.

Al escribirlo, he removido varios sustratos de mi base de ingeniero. Incluso he invocado a mi personalidad digital de niño, mucho antes de empezar la carrera de teleco en la universidad. Me refiero a la Inteligencia Artificial y a las ciudades inteligentes o smart cities. Pero dejadme que os enseñe primero la portada y ahora mismo continúo unos cuanto píxeles más abajo.

Espero que os hayáis demorado un poco en la portada en lugar de saltar con scroll directo hasta estos renglones, porque tiene dos cosas muy especiales y que juegan muy bien con el contenido de la historia. Se trata de una portada híbrida. La han hecho a medias la Inteligencia Artificial de NightCafe y la inteligencia natural de Alberto García Gómez, gran amigo, ilustrador y diseñador. Y es que Zamagesti, uno de los principales personajes de este relato, es una híbrida, una mujer con un ciberimplante neuronal, la representación de una etapa de transición entre lo puramente humano y lo puramente digital.

Mi relación con la Inteligencia Artificial empezó en la época de los 8 bits, en un ordenador Amstrad CPC464 de cassette y gracias a los libros de Tim Hartnell, un autor pionero en la divulgación y la enseñanza de la programación en aquella época en la que el BASIC reinaba. De todo esto hablé en el blog de mi colega escritor de ciencia ficción Ismael Santiago (os dejo link aquí). Hoy en día sigo enganchado a la IA, esta vez a través de mi trabajo en proyectos de I+D+i. Aunque mi papel no es el de programar redes neuronales ni desarrollar modelos con machine learning, sí que necesito tener una panorámica del estado del arte de la IA y entender cómo puede aplicarse a problemas reales. Y una de las cosas que tengo presente siempre es que la IA es una solución imperfecta. Cuando existe una manera determinista de hacer las cosas, la IA no tiene sentido. Vale, la afirmación es demasiado categórica y rascando un poquito se le verán las costuras, pero resume bien, creo, para qué cosas sirve mejor la IA. En general, la IA funciona bien cuando no hay una ecuación que describa un comportamiento y debemos recurrir a probabilidades, parecidos, comparaciones y otras formas matemáticas que como resultado dan, en lugar de una certeza, una probabilidad. Por eso me parecía interesante jugar a personificar la IA y pensar qué es lo que más rabia le daría. Y mi conclusión es que lo que más odiaría una IA, si tuviera sentimientos, sería precisamente la incertidumbre, lo impredecible, porque es lo que hace que falle y sea menos eficiente. Así me había encontrado con un personaje, un un prototipo de personaje: una IA que busca mejorar sus porcentajes de acierto y, además de mejorar sus algoritmos, se empeña en eliminar los factores de incertidumbre.

Por otro lado, todos sabemos que la incertidumbre es precisamente la sal y pimienta de la vida. Así que el choque máquina-persona está servido. Necesitaba ahora instalar en algún sitio a mi recién creada IA ficticia.

¿Dónde mejor que en una smart city?

He trabajado durante muchos años en smart cities, ciudades inteligentes. No os quiero aburrir, pero yo estuve allí, hace muchos años, cuando desde la patronal española se dio una definición de qué es una smart city, la definición que luego se adoptó ampliamente. Y también estuve cuando se creó en comité de normalización de AENOR sobre ciudades inteligentes, y cuando se definieron varios programas de I+D+i para el desarrollo con su debido pertrecho de millones de euros, o cuando hablamos de los grandes problemas: densidad, interoperabilidad, mantenimiento de los sensores, qué plataformas usar y mil cosas más. Dicho todo esto, yo era una pieza más en medio de los grandes actores en esto de las smart cities, pero sí puedo decir que tengo una conciencia bastante presente de lo que son y lo que no.

Había escuchado unos días atrás la noticia de que una empresa china de videojuegos había colocado como directora general o CEO a una IA en lugar de a una persona y quería aprovechar ese concepto tan potente para hacer ficción sobre ello. Creo que pocas veces he tenido una base documental y de experiencia tan sólida para escribir un relato como el que estaba gestando en la imaginación. Y, sin embargo, la narración me pudo. La historia me ardía en las manos y la tecleé totalmente inmerso en la trama y sin dejar entrar en mi cerebro todo ese torrente de conocimeinto sobre IA y sobre smart cities. que he atesorado con la fuerza de los años. No, lo tengo tan interiorizado que no necesité abrir una sola pestaña de navegador para documentarme en internet, pero es que la historia me atrapó y no me dejaba despegarme de la página y el teclado.

Así se creó Zamagesti. Al final, la base científica y tecnológica de IA y smert cities que contiene se quedó minimizada a un barniz. Un barniz sobre el que he echado a correr a mis personajes: motos, drones, disparos, velocidad y mucha electricidad.

Estaré encantado de conocer qué os parece el relato. ¡Gracias por leer!

Ebook: https://www.amazon.es/dp/B0BH3FM5N9

Tapa blanda: https://www.amazon.es/dp/B0BHG8GJ26

De libertad, elecciones y fusilamientos

Las ecuaciones y modelos matemáticos pueden predecir el comportamiento de sistemas cada vez más complejos. Pero, ¿hasta qué punto la realidad responde a un esquema determinista?¿Está el libre albedrío de las personas sujeto a algún complejo sistema de ecuaciones o existe la libertad real?
Con estas premisas he cocinado El libre albedrío, un nuevo relato dentro de la colección Mil Oniros ciencia ficción.

Muchos sistemas en la naturaleza se comportan según unas leyes deterministas. Por ejemplo, la Luna orbita alrededor de la Tierra no de una forma caprichosa, sino que sigue unos patrones que somos capaces de expresas en ecuaciones y, por lo tanto, prever su movimiento futuro.

Otros sistemas tienen comportamientos difíciles de predecir con precisión, pero que se ajustan a patrones generales. Por ejemplo, el vuelo de una abeja puede parecer aleatorio a simple vista pero, estudiado con suficiente perspectiva, responde a una lógica que puede más o menos ser descrita y explicada. Muchos dirán, de hecho, que la abeja no es libre, sino que actúa por instinto y de acuerdo a su rol dentro de la colmena.

Los seres humanos nos creemos libres. Sin embargo, muchas de las acciones que realizamos son involuntarias, automáticas, rutinarias o instintivas. Latir, respirar, bostezar, rascarse, comer, beber o dormir no parecen acciones sobre las que podamos elegir. Profundizando un poco más, al parecer los estados de ánimo tienen una base química y vienen a ser reflejo de un cierto cóctel hormonal. Si vamos al límite, ¿son nuestras decisiones realmente libres o son el resultado de una configuración específica de elementos físicos y químicos?

Estas reflexiones no son nuevas. Creo que desde que enfrenté de niño a la ecuación de «velocidad = espacio/tiempo» me pregunto qué otras cosas se pueden calcular y si acaso incluso lo extremadamente complejo, aleatorio a nuestros ojos, es un resultado que no podría ser de otra manera. Lo novedoso es que ahora he transformado esta inquietud en relato. El libre albedrío es el resultado de imaginar opciones, de reflexionar y, sobre todo, fantasear. Verá la luz el 30 de julio de 2022, con motivo de la lluvia de estrellas de las Delta Acuáridas, bajo la colección Mil Oniros ciencia ficción. La versión digital está ya en preventa al precio especial de 0,99 € solo hasta el 30 de julio. Puedes hacerte con él haciendo clic en la imagen de portada, o directamente aquí.

Os dejo la sinopsis a continuación:

¿Qué harías si formaras parte de un pelotón de fusilamiento? El soldado Alexei Snegov decidió no disparar. Esta elección precipita una serie de acontecimientos que conducen a Alexei a la remota base científica de Tiksi, al norte de Rusia. Con la guerra como trasfondo, el soldado descubrirá las avanzadas teorías del profesor Zorko y se verá abocado a participar en sus experimentos. La investigación, motivada por la posibilidad de desarrollar un arma definitiva, esconde sin embargo una realidad mucho más trascendente y que responde a una de las grandes preguntas. ¿Somos los seres humanos realmente libres?

Cumplecuento 2022: «Pretty women»

En 2021, con motivo de mi cumpleaños, decidí corresponder a las felicitaciones con un cuento. Ahora, en 2022, quiero repetir la experiencia.

Lo primero, muchas gracias por tu cariño y por acordarte de mí el día de mi cumple. Aunque es mucho más apropiado ofrecer tarta, hasta que las impresoras 3D hagan realidad la «internet of food» y no permitan adjuntaros un buen trozo, optaré por invitarte a un archivo con letras. Para este año, he elegido mi cuento «Pretty women», un relato muy televisivo. ¡Aquí lo tienes! Puedes leerlo directamente o descargarte el PDF pinchando un poco más abajo.

¡Espero de verdad que te guste! Este año, además, he querido consolidar la idea del cumplecuento y darle su propio diseño a modo de colección. El formato incluye imágenes de portada creadas por inteligencia artificial. He actualizado «La neuromúsica del momento», el cuento que inauguró todo esto en 2021. Si te lo perdiste el año pasado, o si ya lo leíste pero quieres volverlo a disfrutarlo en su nuevo formato, ¡todo tuyo!

Aprovecho esta entrada para pedirte que te sumes a mi lista de correos de lectores. Si te suscribes te enviaré el boletín Holoceno 13000. No pretendo hacer spam, tan solo informarte de novedades, de los libros que publique, de las firmas y eventos literarios en los que participe y ese tipo de cosas. Como puedes intuir por el nombre tan largo con el que lo he bautizado, compartiré también cierto contenido que habita esa intersección entre lo formal y científico-técnico de los nodos y enlaces con lo fantástico y literario de los nudos y desenlaces. Pero no te preocupes, no bombardearé tu bandeja de entrada y solo lo recibirás cuando realmente tenga algo con chicha que contarte. ¿Te apuntas?

Escribo para cambiar el mundo

Es algo que ya sabía pero de lo que aún no había tomado plena conciencia: escribo para cambiar el mundo.

Soy un escritor de géneros variados y temáticas diversas. Disperso mis obras en infantil, juvenil, realismo mágico, fantasía o ciencia ficción, entre otros.

Esta amplitud es maravillosa en cuanto a creatividad y diversión. Contar con un abanico de múltiples opciones, que además se dejan hibridar entre sí, hace muy estimulante la escritura.

Sin embargo, es algo muy complicado de gestionar en cuanto a imagen de autor, marca personal y en la promoción o marketing de mis obras. ¿Cuál es mi público objetivo?¿Cómo es mi lector ideal?¿Qué canales y redes sociales son más adecuados para mi perfil de autor?¿Qué imagen debo proyectar para conseguir mejores ventas?

El tipo de lector que puede disfrutar de los pliegues de Naksatra no es el mismo que se divertirá a tope con ¡Supercoche!, que apreciará el concepto de Nigredo o que hará volar su imaginación con el futuro expuesto en El jardín eterno. Todas ellas son obras orientadas, a priori, a perfiles lectores diferentes. Es cierto que una persona puede tener varias personalidades lectoras. Yo mismo disfruto la literatura juvenil, aunque hace mucho que dejé atrás la adolescencia, tanto como otras obras dirigidas a lectores adultos. Pero un catálogo tan dispar no deja de ser complicado a la hora de promocionar. En una librería, cada una de mis obras acabaría en una sección o estantería diferente. En internet, la distancia entre ellas puede ser aún mayor.

Por eso me parece tan interesante haber encontrado la pieza que los unifica, ese factor común que me ayuda a definir y a explicar a los lectores qué es eso que me mueve cuando escribo, sea el género que sea. Y es que escribo para cambiar el mundo. Así de sencillo. Así de ambicioso como objetivo, y a la vez muy humilde en cuanto al trabajo que supone. Quiero contribuir a crear un mundo mejor.

Escribo cuentos infantiles para hacer más felices a los niños. Quiero que los padres lean cuentos a sus hijos, que los peques disfruten de la fantasía. También me gusta que los niños aprendan a ser críticos pero, sobre todo, busco que se diviertan. Pongo especial cuidado en la estructura de los textos infantiles, en las relaciones de causa y consecuencia, en generar planteamientos claros, desarrollos lógicos y finales bien construidos y, siempre, siempre, felices. Los cuentos son diversión, pero también instrumentos con los que explorar la vida real y valiosas herramientas para crear y fortalecer vínculos afectivos con los niños. Un mundo con más cuentos infantiles será un mundo mejor. Estoy convencido de que los niños que han disfrutado de una buena cantidad de cuentos y del tiempo y dedicación que eso supone por parte de los padres son más felices y mejores personas de mayores.

Escribo realismo mágico porque es una manera excelente de generar contrastes y criticar, a través del ingenio, las cosas que no funcionan en nuestra sociedad actual.

Escribo ciencia ficción porque creo que la humanidad puede conseguir un futuro mejor. Me gusta crear historias que pongan en valor la ciencia y la tecnología, que muestren los avances que podríamos conseguir con esfuerzo, dedicación y recursos. Aunque en mis obras no escondo elementos distópicos o advertencias sobre las consecuencias de un uso inadecuado de los avances científico-técnicos, mi tono general es optimista. En ocasiones, me limito a mostrar una posibilidad, un concepto o una tecnología, y se lo entrego al lector para que imagine por sí mismo lo bueno y lo malo de su aplicación. ¿Cómo utilizaríamos avances médicos para la prevención, el diagnóstico, la curación o incluso la mejora artificial de la salud y las capacidades humanas?¿Qué movimientos sociales se generarán en la Tierra cuando nos dispongamos a lanzar una nave tripulada y sin retorno a las estrellas? En obras como Bacterrobot me descubro, además, en toda la amplitud de mi contradicción aprovechando la flexibilidad que ofrece la ficción interactiva.

La ciencia ficción me parece un género rebelde. Suele estar denostada quizá precisamente porque, en muchas ocasiones, la ci-fi habla de cambios, de evolución, de un futuro mejor. Y todo eso es algo que va en contra de los intereses de los que son poderosos, los que no quieren cambiar porque el estado actual de las cosas les beneficia enormemente. No en vano, la ciencia ficción está repleta de subgéneros que llevan el «punk» por apellido. Ciberpunk, Steampunk, Solarpunk… Y el punk asusta a los más acomodados.

Pero para mejorar el mundo no hace falta abanderar revoluciones. Las cosas pequeñas también suman. Un cuento que haga feliz a un niño cambia el mundo, a su escala y a su manera. Un librojuego que ayude a un adolescente a enfrentarse a decisiones complejas también contribuye. Una obra de ciencia ficción que advierta sobre los peligros nucleares juega su papel. Lo que estoy generando parece inmanejable en términos de marketing y eso me genera estrés como escritor que no acaba de apuntar a un nicho de mercado concreto, pero haber encontrado ese factor común me ha traído cierta paz.

¿Me ayudas a conseguir un mundo mejor?

5 razones para leer «El jardín eterno»

El pasado 12 de agosto de 2021 publiqué El jardín eterno, un relato con el que, además, se daba el pistoletazo de salida a la colección Mil Oniros Ciencia Ficción.

Inaugurar una colección así, en la que colaboramos un conjunto de autores de lo más interesante, es un verdadero privilegio. He querido que El jardín eterno refleje lo mejor posible las bases que han inspirado la creación de esta colección.

Por eso, quiero destacar en este artículo 5 características importantes en la colección y que quiero presentarte como 5 razones para leer El jardín eterno.

1. Puedes leerlo del tirón. Soy un defensor de la literatura breve. Como género, el cuento es flexible y potente, muy adecuado para experimentar en formatos y para explorar temáticas de una manera más ágil que la novela. Pero, sobre todo, invita a leerlo del tirón en una única sesión de lectura. Ofrece así al lector una experiencia de lectura completa, una historia con principio y fin, para disfrutar en un tiempo reducido. Un relato puede transformar un viaje en transporte público o una espera en el médico en un momento mágico.

2. Apoyas la ciencia ficción en español. ¿Te has preguntado alguna vez por qué todas las invasiones alienígenas parecen ocurrir en Estados Unidos? Aunque la ciencia ficción es un género muy rico y casi infinito, y a pesar del nuevo empuje oriental, todavía sufre un sesgo hacia el mundo anglosajón. No en vano, los lectores americanos lo han tratado bien: han leído y consumido historias de ciencia ficción desde su concepción como género moderno, creando un mercado adecuado para el lanzamiento de las primeras publicaciones y revistas pulp. Leer relatos como El jardín eterno —o como cualquier otro de la colección Mil Oniros— es apoyar la ciencia ficción en español. Con suerte, conseguiremos traer a los aliens a nuestro país. He ambientado El jardín eterno en lugares como Huesca, la zona norte de Madrid o el Complejo de Comunicaciones de Espacio Profundo de Robledo de Chavela.

3. Podrás descubrir nuevas propuestas científicas y tecnológicas. Algunos avances como la llegada del hombre a la Luna o la utilización de satélites en órbita geoestacionaria fueron anticipados por autores de ciencia ficción, años antes de que se hicieran realidad. En El jardín eterno, propongo un modelo de nave espacial totalmente distinta a la clásica nave de fuselaje metálico. Podrás encontrar esta y otras propuestas, con diferentes grados de rigor científico, en las diferentes historias de la colección.

4. Verás un mensaje ecologista. Aunque no hay más que ver el telediario para atar cabos y concluir que ya estamos inmersos en medio del cambio climático, en ocasiones es necesario tomar distancia para ver la situación en perspectiva. La ciencia ficción juega de manera muy habitual a ponernos en esa situación de alejamiento, de distancia, y a mostrar futuros alternativos. En El jardín eterno, el medio ambiente no es protagonista, pero sí un escenario que los personajes asumen como cotidiano sin grandes dramas y que, a nuestros ojos, puede impactar. ¿Acaso no estamos ya en una situación de degradación ecológica difícil de aceptar hace un par de generaciones?

5. Mujer, mayor y protagonista. Una ficción con personajes atléticos, machos, jóvenes, guapos y capaces de las más arriesgadas maniobras es, desde luego, una opción genial de entretenimiento. Pero no debe ser la única. La protagonista de El jardín eterno es mujer. Pero no es una mujer sexy que maneja una espada láser con gran habilidad. Tampoco responde al arquetipo de joven, guapa e inteligente. Es una doctora (inteligente, eso sí) de alrededor de sesenta años de edad. Y es la protagonista. Quizá, a día de hoy, son muy pocas las apuestas de las grandes productoras de contenidos por historias protagonizadas por personajes fuera del núcleo jóven-guapo/guapa. Pero lo que de verdad me interesa es la apuesta que hagas tú, que a fin de cuentas eres quien va a leer el libro. Quiero reivindicar las mujeres mayores como protagonistas de gran interés. La historia que se cuenta en El jardín eterno, además, no podría funcionar de otra manera.

Espero que estas 5 razones para leer El jardín eterno se transformen en 5 motivos por los que has disfrutado de su lectura. Son, también, 5 buenos motivos que he tenido yo para escribirlo. Te lo dejo aquí con todo mi cariño.

Cómo ganar un concurso de microrrelatos

Durante los meses de marzo y abril de 2020 fui jurado de la serie de concursos semanales de microrrelatos organizados por Covadonga González-Pola, directora de la Escuela Tinta Púrpura, a través de Instagram. En mayo de ese mismo año grabé un vídeo que, sumando al bagaje que tenía en literatura breve con la experiencia como jurado, me atreví a titular «Cómo ganar un concurso de microrrelatos». El vídeo se emitió en el grupo de Facebook de la Escuela Tinta Púrpura como una de las muchas actividades que Covadonga puso en marcha en pleno confinamiento por el Covid-19. Hoy, casi un año después de aquello, quiero recuperarlo para todos los lectores que os acercáis a mi web. Creo que los puntos tratados son importantes para conseguir buenos microrrelatos, espero que os resulten útiles.

La experiencia en este concurso fue especial. Trabajé muy cómodo y con mucha libertad con Covadonga. Cuando me propuso ser jurado me pareció de lo más interesante por dos razones principales. La primera, porque el microrrelato es un género que me encanta, como lector y como escritor. La segunda, porque para mí Covadonga es una referencia en literatura y es un privilegio colaborar con ella.

¡Seguimos leyendo y creando microrrelatos!

.

Cómo hacer un cuento de brujas para niños

Me gustan los making of de películas y series, esos pequeños documentales que cuentan cómo se hizo. Por eso, como escritor, me gusta incluir una sección de cómo se hizo en mis libros. Naksatra, el recopilatorio de cuentos que publiqué en 2017, incluye uno muy detallado en el que explico el proceso creativo de cada uno de los textos y, también, del libro en su conjunto. Escrito en piedra: Nigredo también incorpora un apéndice, esta vez muy breve, que narra el proceso de creación de los microcuentos, aunque se centra en la parte material y plástica, de cómo caligrafiar un microcuento sobre piedras recogidas en distintos momentos y lugares de España con este propósito.

Cuando publiqué La bruja Maruja y su castillo, no incluí un making of. A diferencia de los anteriores, que son para adultos, La bruja Maruja y su castillo es un cuento infantil ilustrado y no consideré apropiado añadir nada más. Sin embargo, su proceso creativo ha sido genial y merecedor de un cómo se hizo: lo creé a medias con mi hijo Iván cuando él tenía 4 años, y eso lo hace muy especial. Además, las ilustraciones y la maqueta corrieron a cargo de Alberto, uno de mis mejores amigos. Así que allá voy, el merecido making of de La bruja Maruja y su castillo tendrá cabida, finalmente, en este blog.

Todo empezó el 30 de marzo de 2018. Agarré un cuaderno, un bolígrafo y le propuse a Iván escribir un cuento. Así, sin más. Los cuentos forman parte de nuestro mundo desde que mi hijo nació. Le he leído muchos pero, también, los he inventado para él. Estos cuentos inventados muchas veces no pasan de su versión oral. Iván, como cualquier niño, pide repetir los cuentos que le han gustado. Así, algunos de los que hemos inventado han ido evolucionando y puliéndose hasta funcionar realmente bien. La bruja Maruja y su castillo tuvo una primera versión del tirón, calculo que en cosa de menos de media hora. Quise hacerlo con dibujos y escribiendo letras, no solo como ejercicio oral, y también impliqué a Iván desde el primer momento en su creación. Mi hijo no sería un receptor pasivo, sino que construiríamos juntos la historia. Y funcionó. Suyos fueron los elementos principales: una bruja como protagonista, un castillo como lugar o escenario, y tirarse pedos como acción. Teníamos quién, dónde y qué, suficiente para empezar, y nos pusimos a ello. Así, libreta y boli en mano, creamos la primera versión. He escaneado sus 8 páginas originales para que podáis ver dos cosas. La primera, que el proceso creativo es muy divertido. La segunda, que soy tremendamente torpe dibujando pero sí, los dibujos son míos aunque parezcan de un niño.

Página 1: Los elementos iniciales los plantea mi hijo. Hay una bruja, aún sin nombre, que quiere tener su propio castillo. Es una bruja mala. Se dedica a hacer pócimas para reunir el dinero necesario para comprarse el castillo. Vamos creando el cuento juntos. Dibujo, escribo y se lo narro a mi hijo según evoluciona. Él permanece muy atento observando el proceso y participando en él.

 

Página 2: «Si alguien entra en mi castillo, lo tiro al pozo y me lo como». El mensaje del cartel es tal cual lo dijo Iván, copiado al pie de la letra. Yo hubiera optado por algo menos agresivo, pero preferí respetar la propuesta del niño.

 

Página 3: llega el momento de ponerle nombre a la bruja. De sus atributos, «mala» y «bruja», tomamos «Ma-» de mala y «-ruja» de bruja para montar «Maruja». Y para reflejar esto, ¿qué mejor que hacerla reír desde lo alto de una torre?

 

Página 4: ponemos a nuestra bruja Maruja a volar en una escoba. Después, le entró hambre. Creo recordar que Iván propuso que comiera una sopa, y yo aporté el polvo de escamas de dragón.

 

Página 5: la bruja Maruja se dispone a comer la sopa que ha preparado, sin saber que en lugar de sal ha echado nada menos que escamas de dragón. ¡Qué peligro!

 

Página 6: genial aportación de Iván. Las escamas de dragón provocan muchos pedos. Y no unos pedos cualesquiera, ¡nada menos que pedos mágicos!

 

Página 7: el verdadero problema de la trama de este cuento no era que la bruja necesitaba conseguir dinero para comprar el castillo. Eso lo resolvió fácilmente vendiendo pócimas. Sin embargo, ahora Maruja se enfrenta a algo más grave que no puede resolver sola. Los pedos que le ha provocado la sopa mágica han destrozado su querido castillo y necesita ayuda de los demás. La bruja Maruja debe hacer algo que nunca haría, que es pedir ayuda a los demás. Y para conseguir su ayuda, debe transformarse en una bruja buena. Este es el verdadero núcleo del cuento. Encaja a la perfección con la lógica de los cuentos que entiende Iván.

 

Página 8: final feliz, la bruja se hace buena, recibe ayuda y todo queda solucionado. Por supuesto, termina con la fórmula «Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado». Iván no se ha despegado de mi lado y lo ha pasado en grande viendo cómo se crea el cuento, con texto y dibujos, y participando de forma activa en su elaboración.

Lo siguiente fue mostrar orgullosos nuestra creación. Aquello era un cuento completo, con su trama y su desarrollo. Había detalles que ir puliendo, desde luego, pero ya tenía un material perfecto para contar a Iván una y otra vez.

La bruja Maruja y su castillo tenía potencial. Me gustaba y, mejor aún, le gustaba a un niño de 4 años. Decidí evolucionarlo a un cuento «de verdad», a una edición de libro infantil ilustrado como los que se apilan en la balda más baja de nuestra librería del salón, la pequeña biblioteca de Iván.

Tocaba pasar el cuento a ordenador, redondear algunos detalles, pulir y corregir el texto. También, pensar en el formato. Sería un cuento ilustrado a todo color y a página completa, con formato cuadrado. El texto llevaría una letra grande y de tipo ligada, esa que utilizan en los colegios para enseñar a leer a los niños. Todo esto no vino de un análisis concienzudo ni tampoco del azar. Los criterios para el formato respondían, ni más ni menos, a lo que yo mismo como padre buscaba en un cuento cuando tenía que elegir uno para mi hijo de, entonces, 4 años.

En este tipo de libros, el trabajo de ilustración es enorme. Mi amigo Alberto aceptó el reto de ilustrarlo y maquetarlo. Le pasé el texto y, a partir de ahí, fuimos dando los pasos necesarios. En esta fase el trabajo estaba en su tejado.  Hablábamos cada pocos días, casi más por mail que de viva voz, y utilizamos Google Drive para compartir los archivos. Recuerdo que era siempre una alegría recibir una actualización y hacer comentarios sobre los bocetos o dibujos originales. No podía resistir la tentación de enseñarle a Iván los progresos y preguntarle qué opinaba de los dibujos.

Ejemplo de doble página, tal y como lo vería el lector cuando abriera el libro por la mitad. La página de la izquierda está completa, la de la derecha abocetada. El trabajo de Alberto fue excelente. El texto se incluye ya con la letra ligada. Este punto intermedio es del mes de agosto de 2018.

El cómo se hizo podría tener todo un capítulo aparte en cuanto a diseño, ilustración y maquetación. Algunas de las cosas con las que tuvo que lidiar Alberto, además de concebir en imágenes una historia que era solo texto, fue con los dibujos originales en tamaño A3 y su posterior escaneo y ajuste para trabajar en digital, las pruebas de color con los distintos estándares, como CYMK, y las diferencias entre lo que uno ve en una pantalla de ordenador retroiluminada y lo que luego queda impreso en papel, el ajuste del grosor de la tipografía para que el ligado de las letras fuera continuo… y lidiar conmigo, el autor pesado, que en dos o tres ocasiones le pedí cambiar algún pequeño detalle del texto. Alberto aportó muchísimo a la historia, no solo las ilustraciones.

En paralelo, redactamos todas esas cosas adicionales al cuento como tal que debe llevar un libro: portada y contraportada, dedicatoria, sinopsis y un parrafito sobre los autores. Con todo el trabajo realizado y la maqueta en el formato exacto que elegimos de entre las opciones de Amazon, subimos el libro a la plataforma. El proceso requirió algunos ajustes adicionales y esperamos a recibir la copia física de prueba antes de publicar el cuento y que estuviera disponible para todo el mundo.

Y, por fin, el 28 de noviembre de 2018, ocho meses después de que lo cibiera con Iván, La bruja Maruja y su castillo era ya un cuento de verdad que cualquiera podía comprar. Inundamos nuestros Whatsapps con la noticia y por fin disfrutamos del resultado, del tacto de las hojas, de las ilustraciones o de regalarlo a los familiares más cercanos. Pero, sobre todo, era un gustazo volverlo a leer con Iván, que ya contaba con cinco años, y que seguía disfrutando con La bruja Maruja y su castillo.

La acogida es, y sigue siendo, estupenda. ¡Gracias por todos vuestros  cariñosos comentarios! Os animo a crear vuestras propias historias junto con los peques, es toda una aventura.

 

La bruja Maruja

Acabo de publicar «La bruja Maruja y su castillo». Se trata de un cuento infantil y el proceso de elaboración ha sido precioso.

A la bruja Maruja no le gusta compartir nada con nadie. Lo que más desea en el mundo es vivir sola, lejos de todos. Pero, una vez que consigue comprar su propio castillo, ocurre algo inesperado. ¿Quieres descubrirlo?

Lo inventé junto con mi hijo, cuando tenía cuatro años. Él aportó los elementos iniciales y el giro principal de la trama. Yo puse las cosas en orden y apliqué una estructura sencilla pero eficaz. Ese planteamiento, nudo y desenlace que en los cuentos de niños puede concretarse en presentación del personaje, problema y solución con final feliz. Todo esto de forma oral, hablada, con apoyo de una libreta en la que esbocé unos dibujos para acompañar la narración.

Este juego de inventar un cuento lo habíamos hecho otras veces mi hijo y yo. En esta ocasión, el resultado fue muy divertido, la aportación del niño muy enriquecedora y el resultado muy redondeado. Decidí pulirlo y emprender el camino para convertirlo en un cuento de verdad.

Alcancé muy pronto una redacción del texto satisfactoria. Pasar del oral al escrito, además, suele aportar orden y ayuda a mejorar la estructura. Después, empecé a concebir el formato del libro y a decidir algunos aspectos del diseño que, aunque ya los sabía por intuición, me sorprendieron cuando tomé conciencia de todos ellos.

  • Letra ligada. Los niños de 4 años comienzan a familiarizarse con las letras, es el inicio del aprendizaje de la lectura. El tipo de letra que se utiliza en los colegios no es letra de imprenta, sino letra ligada, de tipo manuscrita y que presenta una continuidad del trazo dentro de una misma palabra. Como padre comprador de cuentos, me ha costado encontrar ediciones que utilicen este tipo de letra. Hay algunas, muy buenas, pero la mayoría utilizan tipografías de imprenta. Tuve claro desde el primer minuto que «La bruja Maruja» tendría letra ligada.
  • Tamaño de letra grande. Por la misma razón. El cuento va dirigido a niños que están empezando su aprendizaje de la lectura y el adulto que lee el cuento puede seguir con el dedo palabra a palabra. También va dirigido a los niños que han aprendido ya a leer y se enfrentan a sus primeras lecturas autónomas. El tamaño de letra, en cualquiera de los casos, debe ser grande.
  • Ilustrado y a todo color. En los cuentos infantiles de esta edad, la imagen es crucial. De hecho, es hasta más importante que el propio texto. Desde la primera redacción de «La bruja Maruja y su castillo» tuve en cuenta que cada párrafo correspondería con un dibujo. Así, el manuscrito del cuento estaba compuesto ya en su primera versión por una sucesión de escenas sencillas.
  • Formato cuadrado. La mayoría de los cuentos infantiles que forman parte de la biblioteca de mi hijo son cuadrados. Es el formato más cómodo, y el más apropiado para una publicación en la que los dibujos van a ser protagonistas.

Con estas premisas, invité a mi amigo Alberto GG a ilustrar el cuento. Además de ser un estupendo dibujante, tiene experiencia con tiras cómicas y sabría sacarle todo el partido a un texto divertido. También se maneja a la perfección con las herramientas digitales necesarias para crear un PDF profesional, algo imprescindible para plantearnos una edición propia. Pero, por encima de todo, Alberto es uno de mis mejores amigos.

El proceso de creación de las ilustraciones, la portada, la tripa o interior del libro, la sinopsis y todos los elementos adicionales llevó meses. Mi hijo fue testigo de los avances, y mi mujer una crítica atenta a los detalles y constructiva.

Con todo preparado, enfrentamos el proceso de publicación en Amazon. Tras validar un primer ejemplar de prueba y superar todas las revisiones necesarias, por fin ha salido a la venta. ¡A tiempo para las navidades!

Las vidas de los cuentos

El podcast A voz en cuento ha publicado la versión en audio de mi relato Linda Pituitaria. Conozco a José Jesús, creador de este maravilloso podcast literario desde hace años. No es la primera vez que alguno de mis textos encuentran, gracias a su buen hacer, una versión en audio. Participé con una lectura, esta vez en mi propia voz, en el Segundo especial de poesía allá por 2014, y más recientemente con Ideas para Lucía, el cuento de obertura en mi libro de relatos de realismo mágico Naksatra.

La versión oral en podcast les ha dado una nueva vida a estos textos. Esto me ha hecho pensar en el ciclo de vida de un cuento, y he descubierto que puede ser más largo, interesante y provechoso de lo que podemos pensar al inicio. Por eso en esta entrada quiero incluir una relación de las posibles vidas que puede recorrer un cuento. Si tienes un relato recién terminado, corregido, estás listo para lanzarlo a la aventura y recorrer infinidad de caminos.

  1. Concursos literarios. La cantidad de concursos literarios que incluyen una categoría de cuento o relato es enorme. La mayoría de los concursos exigirá que los textos sean originales e inéditos. Por eso son el primer paso, ya que sólo podremos optar a concursos en esta primera fase en la que el relato está recién cocinado y aún no ha salido de nuestro disco duro. Es una opción excelente, ya que un premio aporta tanto al currículum del autor como al valor del propio cuento premiado. Las convocatorias son tan numerosas que seguramente encontremos varias que se adapten a nuestra obra, por temática, extensión y demás condiciones que establezcan las bases. El único inconveniente de los concurso es que, mientras un relato está en competición, no podemos utilizarlo para otros propósitos. La buena noticia es que los concuros de relato suelen tener plazos más que razonables en los que se conoce el ganador. Uno de los mejores lugares para encontrar convocatorias para concursos es la lista que publica escritores.org. Muchos concursos incluyen, como parte del premio, la publicación del texto en alguna revista, antología o lugar de Internet.
  2. Publicación individual. Un relato puede publicarse de forma aislada. Puede ser en papel en formato cuadernillo, en digital, en plataformas como Wattpad o como entrada en un blog de literatura, propio o como invitado. No será un libro, pero hay muchas formas de publicar textos breves que, por extensión, no encajan en el concepto de libro. Si lo publicamos en formato digital, es importante ser honesto con los lectores y dejar muy claro que se trata de un relato breve, ya que si compran la obra pensando que será una novela para pasar tardes de sillón y chimenea se llevarán un disgusto.
  3. Inclusión en una revista. Varios de mis cuentos estás repartidos en revistas como La hoja azul en blanco o Astrolabium. En este tipo de publicaciones, tu cuento estará acompañado por otros de distintos autores. Las revistas suelen tener detrás círculos de escritores o lectores, por lo que resulta muy gratificante contribuir en ellas.
  4. Antología de varios autores. Similar a la revista, otra manera de darle vida a un buen texto es incluirlo en una antología de varios autores. Estas antologías suelen responder a un elemento común: temática, tipos de autores, o cualquier relación que sirva para explicarle a un lector qué tipos de relatos va a encontrar. Por ejemplo, una antología de ciencia ficción que trata el tema de viajes temporales. Las antologías no sólo las proponen las editoriales, también las comunidades o grupos de escritores, sean de Internet o asociaciones locales, suelen plantear este formato para crear una obra que dé cabida a una representación interesante de sus miembros.
  5. Libro de relatos propios. Este es el paso que di en su día con Naksatra. Requiere más esfuerzo ya que son necesarios varios relatos para conformar una obra, y tampoco vale juntar todo lo uno escribe tal cual: el libro debe tener sentido y coherencia como unidad. No funcionará bien si es un conglomerado de cuentos muy dispares. Las ventajas son evidentes, pero una a destacar es conseguir agrupar las obras que uno puede tener dispersas en revistas, antologías y rincones de Internet y presentarla de forma ordenada a los lectores. En realidad, para mí el libro de relatos propios es el punto principal, la residencia habitual para tu relato y, aunque lo saques de vacaciones a participar en revistas o antologías, será también el punto de retorno y referencia.
  6. Podcast. Lo más maravilloso del podcast es que el cuento escapa del formato texto, sea impreso en papel o en pantalla, y encuentra una vía muy interesante en el audio. Tu cuento como sonido puede ser compañero de cocina, deporte, viaje en coche, paseo o de tareas de la casa. Igual que la radio. Es una vida extra de lo más interesante.

Estas vidas son, en general, bastante clásicas. Es posible ampliar aún más las posibilidades de un texto si nos atrevemos a experimentar con él con formas más arriesgadas. Por eso, cuando terminéis un cuento, pensad en él como una pieza de LEGO con la que podéis jugar y encajar en multitud de diferentes construcciones. Linda Pituitaria, diecisiete años después de su primera publicación, sigue demostrando que es un cuento vigente, vivo y capaz todavía de dar sorpresas y alegrías.

 

Imagen: uno de los caminos que puede tomar un cuento. Tomada de Pixabay.

La reina de los cuervos

Existen lugares mágicos. Uno de ellos es Libros de Arena, en el barrio de San Blas – Canillejas de Madrid.

Conocí a José Ángel Fornás, regente de esta librería, allá por 2008 en un contexto que nada tenía que ver con libros. Coincidimos por trabajo en un proyecto de I+D+i sobre tecnología y turismo. José Ángel era uno de los ingenieros en aquel proyecto, y mantuvimos contacto profesional durante algunos años. En 2018, y cuando ya hacía mucho que no sabía nada de él, descubrí a través de LinkedIn que ahora José Ángel ya no se dedicaba a la informática, sino que había puesto en marcha su propia librería. Le escribí inmediatamente un correo electrónico. Retomar el contacto fue una estupenda noticia para ambos y quedé en visitar la librería y vernos en persona en cuanto fuera posible.

La casualidad quiso que el 17 de marzo pudiera por fin visitar Libros de Arena y que, además, esa misma tarde José Ángel organizara la presentación de un libro. Cuando vi de qué autora se trataba me llevé una alegría adicional: Minerva Gallofré, escritora y editora en Tres Inviernos. Tuve la oportunidad de conocerla el verano anterior en el III Encuentro Interactivo Dédalo. Fue una de las ponentes que más me gustó en aquella jornada llena de librojuegos y ficción interactiva, y me encantó la idea de encontrarla de nuevo.
Llegué a Libros de Arena y saludé a José Ángel. Le vi feliz y, en el primer vistazo que eché al interior de la librería, pude ver que se trataba de un lugar especial, creado con cariño y esfuerzo. Saludé también a Minerva.

Eramos pocos los privilegiados que nos congregamos aquella tarde en Libros de Arena. Nos sentamos dispuestos a atender a la presentación de La Reina de los Cuervos, un cuento popular alemán adaptado en formato de álbum ilustrado. Minerva nos leyó el cuento completo. La librería se transformó en un bosque nocturno y nos agrupamos entorno a un fuego para escuchar aquella historia centenaria sobre cuervos, magia, princesas y brujas. Hacía mucho que no me contaban un cuento y la experiencia fue un regalo de un trozo de infancia. La Reina de los Cuervos responde a las principales premisas de los cuentos de hadas, con una estructura firme, casi matemática, de narración alemana, con todo el encanto de los reinos fantásticos del norte y la atrocidad original de los cuentos. Como bonus extra, me llevé el descubrir el género del álbum ilustrado. Minerva nos ofreció una visita guiada por la obra, recorriendo los detalles y explicando el significado de cada ilustración. Me aseguré de hacerme con un ejemplar de La Reina de los Cuervos firmado por la autora, en ese momento y en ese lugar, para incorporarlo a mi biblioteca de libros dedicados.

Ya diluidos el bosque nocturno y el fuego que se había creado con la lectura de ficción, continuamos con una conversación sobre escritura y libros. Algo de magia flotaba aún. El camino de vuelta a casa lo hice recordando los cuervos que se dejaban ver en Reading aquel año que pasé en Inglaterra. Poco a poco, la carretera me devolvió a la realidad, pero sabía que llevaba conmigo un cuento al que recurrir cada vez que quisiera volver al Reino de los Cuervos.

 

Nota adicional: si mi Naksatra incluye un «cómo se hizo» en el propio libro, La Reina de los Cuervos cuenta con una entrada en el blog de Minerva que explica también cómo se creó el libro, y que puedes leer en este enlace.